Lionel Messi decidió echar marcha atrás a su decisión de dejar al Barcelona y puso fin a una novela mediática de diez días que ha desgastado a todas las partes involucradas en este conflicto.
Difícilmente se puede hablar de un gran ganador, porque todos han perdido un poco desde las posturas que se han tomado. Se evitó el peor de los finales, un Barcelona enfrentado en tribunales con su máxima leyenda, pero también la institución se ahorró una salida dramática de su figura a cambio de una oferta millonaria. Si hay alguien que ha dado su brazo a torcer ha sido Lionel Messi, pero no sin dejar expuesta la figura del presidente culé Josep Maria Bartomeu.
Messi es el principal perdedor de este culebrón y lo analizamos por dos grandes razones:
1. El argentino no logró su objetivo de abandonar un lugar donde ya no se siente cómodo. Como él mismo dijo en la entrevista, la temporada 2019-20 “fue un año muy complicado, sufrí mucho dentro de los entrenamientos, en los partidos y en el vestuario. Se me hizo muy difícil todo y llegó un momento que me planteé buscar nuevos objetivos, nuevos aires”. Y la verdad es que, salvo la llegada de Ronald Koeman y la salida de Ivan Rakitic, poco ha cambiado en el plantel como para decir que esta temporada sí habrá resultados importantes para el Barca: “La verdad que hace tiempo que no hay proyecto ni hay nada, se van haciendo malabares y van tapando agujeros a medida que van pasando las cosas”.
2. El crack desgastó su imagen. Se armó un show mediático alrededor de la posibilidad de que Messi se fuera y surgieron un sinfín de especulaciones: que si pone y quita técnicos, que si él y sus amigos controlaban el vestuario, que si solo le importaba ganar más dinero, que si tiene el peso como para derribar a la directiva de Bartomeu… Al final, la directiva del Barcelona se mantuvo más firme en sus intenciones, no reculó y hasta fue respaldada por LaLiga a través de dos comunicados, mientras Messi fue quien debió reconsiderar su decisión inicial, al ver que el plan no le salía como esperaba. Incluso, ahora hay quienes ponen en duda que mandar el burofax que empezó todo haya sido la mejor decisión y que, a partir de ahí, haya estado mal asesorado por sus abogados.
A todo esto, Messi deberá enfrentar seguramente una sanción interna de parte del club por ausentarse de la primera semana de entrenamientos y por parte de la Liga por saltarse las pruebas PCR de covid-19.
Sin embargo, también pierden Bartomeu y el Barcelona como institución por dos importantes motivos:
1. Messi podría irse dentro de un año sin dejarle nada al Barça. Esto implica que la actual directiva no dispondrá de los millones de dólares que dejaría un hipotético traspaso de Messi a, por ejemplo, el Manchester City o el París Saint-Germain; por lo tanto, tendrían menos margen de maniobra para sortear la crisis económica por la pandemia, tapar el agujero financiero que se presume hay en el club y sanear así las arcas de la institución. Si esto no se logra, Bartomeu y compañía tendrían que poner dinero de sus bolsillos para avalar el estado del club cuando termine su mandato.
2. No ha podido ni podrá ganarle el pulso mediático a Messi. La única manera que Bartomeu tenía de renovar su imagen era haciendo quedar al crack como “el malo de la película”. Es decir, comprobando teorías como que Messi quiso abandonar al club de su vida por una oferta millonaria, o que él manda a placer dentro del club. La decisión de Messi de quedarse es como reconocer un error para el jugador, pero también una decisión más humilde que todas las que ha tomado la actual directiva en los últimos meses, que no ha reconocido siquiera su parte de responsabilidad en la debacle de final de temporada. Además, el jugador se volvió a ganar a muchos barcelonistas poniéndole voz a lo que muchos piensan y creen y dejó expuesto al presidente en una frase: “Él siempre dijo que yo al final de temporada podía decidir si me quería ir o si me quería quedar y al final no terminó cumpliendo su palabra”.
“No habrá celebraciones de goles en grupo”… Así será el protocolo para los partidos de la Primera DivisiónOJO: No se olvide que el presidente Bartomeu todavía podría enfrentar una acusación de corrupción por el “Barçagate” (el escándalo de trolles que se destapó esta temporada) y también una moción de censura de un sector de los socios del Fútbol Club Barcelona que buscan su dimisión antes de las elecciones de marzo próximo.
De todos modos, que Messi se quede es una luz en el camino para el Barcelona y podría ser una ganancia para ambos desde estos puntos de vista:
1. Koeman podrá contar con Messi para estructurar su equipo. Aunque seguimos sin ver al mejor Messi de la historia, y posiblemente ya no volverá, es mejor para el entrenador holandés contar con él que echarlo de menos, o que sufrirlo como rival. Es un descarte que ningún equipo quisiera permitirse y el Barça como equipo tendrá al menos una temporada más al mejor futbolista de su historia. Eso sí, no sabemos cómo ha quedado la relación entre DT y capitán luego de todo el culebrón y si ello afectará a su titularidad y a su rol protagónico en el sistema del equipo.
2. Messi podrá tener su despedida soñada. Si el jugador no renueva y decide acabar contrato en junio de 2021, el club podría despedirlo a lo grande al final de temporada, la que podría ser considerada como su “último baile”, “su gira de despedida”, y que esta no fuera el horrendo 2-8 contra el Bayern Múnich. Algo que incluso podría considerarse como un fracaso comercial para el Barça y si Messi llegaba a interrumpir su vínculo con el club este verano.
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