Alianza vs. FAS, la final del fútbol salvadoreño entre dos gigantes

Los albos superaron a Sonsonate 4-1 y los tigrillos empataron con Santa Tecla. El domingo 22 se espera una fiesta en el Cuscatlán para definir el campeón del Apertura 2019.

Por Varinia Escalante / Franklin Ponce

2019-12-15 6:54:32

Alianza y FAS vuelven a jugar una final desde 2015. Dos de los equipos más populares de El Salvador se vuelven a encontrar en el partido decisivo. Los tigrillos dejaron fuera a Santa Tecla y los albos hicieron lo propio con Sonsonate, en semifinales

El Cuscatlán será el escenario de la fiesta, que será el domingo 22 a las 3:00pm. Se espera un lleno total con entradas agotadas al Coloso.

Una clasificación bastante sufrida para el FAS, con el empate a cero frente al Santa Tecla, en la vuelta en Santa Ana, que con el empate a uno de la ida, avanzan a la final por mejor ubicación en la tabla, gracias a haber terminado segundo la fase regular. Tecla fue segundo.

No dejo de ser un buen partido, pero careció del ritmo de juego del partido de ida en Las Delicias. El terreno del Óscar Quiteño no estaba en su mejor condición, con una grama alta y desnivelaciones que influyeron en la velocidad de la pelota.

La afición se hizo presente al Estadio Quiteño cuando regresó su equipo a ese escenario / Foto Cortesía CD FAS

También, así como fue el primer partido, los tigrillos tomaron la iniciativa, proponiendo más en lo ofensivo y generaron las primera ocasiones de peligro, gracias a una mala salida de Joel Almeida, que no pudo aprovechar Josué Rivera, con un cabezazo desviado (7’) y con otro tiro de Guillermo Stradella, que llegó al meta tecleño (21’).

Empujado por un buen número de aficionados santanecos, FAS mantuvo la presión sobre los periquitos, como si ellos eran los obligados a buscar más en este partido.

Tuvo la mejor hasta este momento, con otra salida imprudente de “Pituka” Almeida, queriéndose quedar con la pelota y no puñetear, permitiendo que la pelota le quedara a Brayan Gil, a quien le faltó precisión para definir, ante la presión de Alex Mendoza, que terminó rechazando (25’).

Pero Santa Tecla no se encontraba en este escenario. El equipo se dedicó a aguatar y tratar de busca el arco rival, con demasiada calma, que ponía nervioso a sus aficionados, los cuales gritaban para que el equipo reaccionara.

Tuvo algunas aproximaciones, pero que pasaron inadvertidas, como un tiro de Gerson Mayén, luego de una buena jugada colectiva, que se fue sobre la portería (23’). Otra, casi al final del primer tiempo, Rodrigo Rivera definió un tiro libre de Mayén, que se convirtió en centro, pero en posición adelantada (43’), la cual generó muchas dudas y reclamos de la gente del Santa Tecla.

Ninguno de los dos equipos perdía el orden defensivo, aunque en cada aproximación que había, por insignificante que pareciera, se sufría muchísimo.

Las sustituciones de jugadores fueron llegando poco a poco. Yacuta lo hizo en función de ataque. Mientras que Memo Rivera poblaba el mediocampo y cortaba espacios a los periquitos.

Esta parte careció de ocasiones claras a gol, pero ganó dinámica a partir del minuto 75, cuando Santa Tecla se tiró a vencer o morir.

El triunfo albo

Séptima final consecutiva. Esa es la que firmó anoche Alianza, con el triunfo en la semifinal de vuelta sobre Sonsonate por 4-1 (mismo global, tras 0-0 en la ida), y donde se enfrentará a CD FAS. Ayer, sentenció el pase, con derroche de fútbol y buena definición.

La muestra lo que Isaac Portillo hizo, para poner la cereza al pastel. “Clavito” recibió un balón, de una jugada que él mismo inició, y mandó un remate abierto y potente, que se quitó de una marca, y apuntó a red el definitivo 4-1 (90’+1′). Su festejo con brazos alzados fue el preámbulo de la fiesta de Alianza por clasificar a la final. Una más para los blancos.

Estaban leídos los rivales y las variantes tenían que responder a la altura. Alianza no se guardó nada. Y tras un primer aviso de Rubén Marroquín, el segundo fue para adentro. Los capitalinos encontraron mal parada la defensa visitante, y en jugada con solo un hombre en defensa fue Óscar Cerén el que sirvió a Raúl Peñaranda, quien frente a puerta tocó al costado derecho del portero William Torres, que solo vio pasar la pelota.

Eran solo cinco minutos. Ya estaba en ventaja Alianza. El concierto apenas ilusionaba y comenzó en el toque y toque albo, que era aplaudido tan reciente el partido por su afición.

Después del tanto, el equipo paquidermo se entusiasmó con algunas individualidades. “Cabrita” tuvo lq suya, tocó, se sacó hasta tres marcas, pero nadie pudo definir a marco. En ese marco, los sonsonatecos no dejaron de animarse para ir al frente. Y aprovecharon una.

Sumado al ataque Alexis Renderos buscaba un cabezazo, y Jonathan Jiménez cometió falta en el área para decretarse tiro de penalti (11′). Llegó William Maldonado para convertir y empatar, al 13′ (1-1).
El partido gustaba, estaba para cualquiera. Volvió Alianza a generar otra peligrosa, al 18′. En un mismo minuto, dos acciones de Cerén: una encaró al arquero, y en el mano a mano se lo ganó Torres; y en la segunda, su disparo al segundo palo, se fue pasado y lo lamentó

Tenía más opciones a gol el equipo capitalino, pero sin concretar. La mayor parte de jugadas llegó por el carril derecho, con Cerén, quien estaba participando en casi todas las jugadas ofensivas locales. Era insistente el 9, y Sonso lo sabía, pero también estaba acertado el guardameta William Torres, defendiendo ahora el empate.

Llegada así la media hora de juego, Alianza marcaba el ritmo y tenía encerrado a los cocoteros en su espacio, imponiendo dominio y siendo acertado en las anticipaciones. Sonsonate, no obstante, mantenía abierto el juego, aprovechando algunos errores blancos, buscando hacer efectiva alguna contra.

Rudy Clavel, Marvin Monterroza y Óscar Cerén celebran con Iván Mancía Foto EDH / Jessica Orellana

Pero en ese ser incisivo de los albos, que se mantenía con el mejor ritmo, consiguió el segundo. Fue al 36′, en una jugada letal de contragolpe, donde Jonathan Jiménez filtró un balón, ante la salida de Torres, y “Cabrita” Portillo devolvió balón en diagonal, a puerta, y empujó casi sobre la línea Peñaranda (2-1). Era su doblete, y lo festejó con un “bailecito” muy colombiano.

El equipo albo tenía el partido por el mango. Y esa era la esencia con la que proponían en ataque. Generó, después, por lo menos tres opciones más a gol. Se salvó Sonsonate de la falta de contundencia rival, en ese tramo, y los albos terminaron la primera mitad tranquilos, con buen fútbol, sabiendo lo que querían.

Pero la sinfonía y la lectura de juego de Alianza estaba clara, con el guión estudiado y conociendo qué hacer para continuar yendo al frente. Los laterales, los claves.

Fue así como llegó el tercero de los dirigidos por Wilson Gutiérrez. Portillo metió un centro, y apareció en la trayectoria contraria Cerén, quien cabeceó hacia abajo y no pudo Torres encontrar la trayectoria del balón, que sentenció el 3-1 (56′).

Luego, Alianza siguió haciendo su fiesta con el balón. Tocando, disfrutando, sin confiarse, pero sintiendo con alegría ese pase a la final. La gente, también. Y la parte final del partido siguió en la misma línea. Hasta que llegó el cuarto gol de Isaac Portillo y  la sentencia del sueño se volvió realidad, para firmar una nueva final.