El año pasado se le negó a Alianza tener una noche de fiesta y carnaval en la Liga de Campeones de Concacaf, en la serie contra Monterrey. Sin embargo, este miércoles, los paquidermos derrotaron 2-1 a Tigres en un partido que quedará para la historia, que se puede hacer más importante la próxima semana en el Volcán, estadio de los felinos.
Con sus mejores armas salió el equipo a la cancha. El técnico Wilson Gutiérrez apostó por la experiencia en la defensa, ante la ausencia de sus centrales estelares. Tal y como se esperaba, Rudy Clavel y Mario Jacobo fueron los sustitutos, pero por el lateral derecha apareció Alex Larín y por el otro extremo Jonathan Jiménez.
Ahí es donde más problemas había para construir el cuadro titular. El medio campo sí fue sorpresa, ya que el timonel colombiano mandó a Óscar Cerén por el corredor derecho, a pesar de que no viene jugando en la liga local. Por el centro, Narciso Orellana encargado de la marca para descargar el juego en Marvin Monterroza, y más adelantado Felipe Ponce como enlace hacia Oswaldo Blanco.
Se presagiaba que los albos querían aprovechar todas las ausencias en defensa del cuadro azteca, sin embargo Juan Purata, Luis Rodríguez, Jesús Dueñas y el experimentado Carlos Salcedo formaron un cerco defensivo que en 20 minutos no dejó ningún espacio a los carrileros para avanzar.