Se aman y se odian. Se dejan, pero después se acompañan. Se reprochan entre sí, pero al final, en triunfos como el que obtuvieron ante Tigres (2-1) en la ida de octavos de la “Concachampions”, los jugadores de Alianza y su afición siempre se reconcilian y se declaran la mutua admiración que siempre ha existido.
Es un amor “tigre”, nunca mejor dicho, pero los jugadores tenían la sensación de deuda con sus aficionados más fieles. Solo han conseguido dos triunfos de siete posibles en Liga Mayor y sufrieron dos derrotas consecutivas, una de local ante Independiente.
“(Estoy) más que contento por la afición, porque ellos disfrutan este tipo de partidos, y feliz porque les pudimos dar una victoria, es algo muy lindo”, expresaba el capitán Marvin Monterroza en la zona mixta.
El creativo fue elogiado por su despliegue técnico (sombreros, tunelitos y pases al hueco), pero siguió viendo hacia la tribuna. “Yo más que eso, (estoy) feliz por el resultado que se tuvo, por darle esa alegría a la afición, que en realidad siempre son los que se lo merecen. Somos un equipo y todos mis compañeros hicieron un gran trabajo”, acotó.
En ese tono habló Oswaldo Blanco, autor del gol de la remontada: “La afición se merecía este triunfo. Yo estoy muy sorprendido y agradecido porque me han apoyado mucho”.
La entrega
Los jugadores albos sufrieron bastante en los primeros 45 minutos, pero se les vio una cara distinta desde el primer segundo del complemento. “Es que nosotros teníamos la confianza, estábamos haciendo un muy buen primer tiempo, lastimosamente cometimos un error en jugada a balón parado y el profe nos dijo que teníamos que salir ahora a proponer, a tratar de empatar el partido, porque estábamos en casa, y tratar de imponer nuestras condiciones”, añadió Monterroza.
Explicó el volante Juan Carlos Portillo: “Hablábamos en el entretiempo que teníamos que salir a por todas, estábamos en nuestra cancha y teníamos que buscar el resultado. Empezando el juego salió el penal, y luego buscamos el segundo y eso fue importante, mantuvimos el orden atrás sabiendo que Tigres se nos venía encima”.
La clave fue el contraataque: “Nos defendimos bien, nos aplicamos 100% a lo que el profe quería, sabíamos que teníamos que contragolpear ni dar ventajas contra un equipo como Tigres”, dijo “la Cabra”.
Por su lado, el “Chocolate” Blanco pidió “humildad, tranquilidad” y no excederse en confianza, “porque el partido todavía está abierto”.
El colombiano explicó un roce circunstancial con Carlos Salcedo, defensa de Tigres, que casi le hace ganarse una tarjeta. “Cosas extrafutbolísticas que yo no tengo que contestar. Ellos se ve que tienen muy buenos sueldos. Me preguntó por ahí, pero bueno… Dios sabe y nos quedamos con el triunfo”.
La visita
Para los jugadores, será duro afrontar un partido de vuelta en un país donde todavía no se registran triunfos oficiales de equipos salvadoreños como visitantes.
Marvin Monterroza ya jugó en el estadio Universitario en 2015, en la derrota 2-1 que Isidro Metapán concedió ante Tigres tras arrancar con ventaja.
“En el Universitario tenemos que salir a trabajar muy bien tácticamente. Sabemos que allá nos va a costar mucho por el tipo de cancha que es -son más rápidas y aquí no estamos acostumbrados jugar en estadios así-, y ellos tienen jugadores que son rápidos. Pero ya fuimos a jugar con Monterrey (0-0), un equipo similar, y vamos a estar bien ordenados tácticamente”, anticipó el capitán.
A la espera de confirmarse altas y bajas por condiciones físicas en el plantel, Monterroza se alegra porque ya se siente apto para emplearse con Alianza en lo que resta de la temporada. “Durante el parón que tuve 15 días atrás, yo estuve trabajando aparte en lo físico y gracias a Dios puedo decir que estoy ya 100% en lo físico”.