Doce años duró la presencia de Lisandro Pohl en Alianza (primero como presidente, y luego como Director Ejecutivo), mismos en los que el equipo experimentó el sabor dulce de la gloria, pero también la amargura de algunos fracasos y, en ocasiones, curiosas anécdotas.
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Torneos cortos estuvo Pohl como presidente en Alianza. En once de ellos llegó a la final, perdió seis y ganó cinco. Además, clasificó seis veces para la Concachampions o la Liga Concacaf.
Pocos recuerdan ya que en 2008, cuando la familia Sol Meza le entregó el mando del equipo, muchos aficionados renegaban de su pasado como dirigente de Águila. Para rematar, los resultados de su primer año pusieron a los albos a punto de descender.
Desde esos días se hizo fama de triturador de técnicos: llegó a tener 13 en ocho años, pero en 2015 logró la estabilidad cuando incorporó a Milton “Tigana” Meléndez a su directiva. Ahí comenzaron a llegar las finales y los títulos. El equipo que ganó el Apertura 2015 sentó las bases de lo que vendría años después.
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Entrenadores trabajaron con Pohl en su paso por Alianza. Solo el servbio Milos Miljanic y el argentino Ramiro Cepeda tuvieron dos etapas. Zarco Rodríguez fue el que más partidos le dirigió (141).
Pohl siempre trató de dar el paso al frente en coyunturas polémicas: amaños, la liga pirata, la Selecta… Cometió varios errores y hasta censuró periodistas cuando alguna nota o hasta una opinión no le agradaba.
Su salida de Alianza tampoco iba a estar exenta de polémica con su sucesor, Fito Salume. Y hasta el último momento dividió opiniones. Lisandro Pohl, al igual que los albos, nunca supo dejar indiferente a ningún aficionado.
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