Un ex jugador de Alianza maneja la única escuela de porteros de El Salvador

El ex guardameta campeón con el cuadro paquidermo, y quien jugó en otros equipos de Liga Mayor, creó una academia de porteros, en la que están unos 25 niños.

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Foto: EDH | Lissette Monterrosa

Por Franklin Ponce | Twitter: @FP11EDH

2019-04-22 7:00:45

La vida del futbolista parece que nunca tiene fin. Después del retiro de la actividad profesional, la mayoría decide que es momento agradecer y devolver lo aprendido a las nuevas generaciones. Este es el caso de Jassir Deras, ex guardameta de varios equipos de la Primera División y algunos de la Segunda, quien desde hace dos años fundó la primera academia de porteros en el país.

Son casi 25 niños, entre los 4 y 17 años los que conforman esta singular academia: usando suéter y calzoneta, enumerados con el “1”, usando guantes y haciendo la mayor parte del trabajo, bajo los tres postes. Los entrenamientos se realizan lunes y miércoles, de seis a siete de la noche, sobre la cancha de Plaza Fútbol, al final de la avenida Bernal en San Salvador.

“La academia surgió de una manera chistosa y que a la larga se convirtió en una gran bendición. Mi hijo estaba en una escuela de fútbol y vi que no había nadie preparando a los porteros. Me ofrecí para poder ayudarles. Después ya no pude llegar, pero los padres de familia me buscaron y me dijeron que si les podía entrenar a los niños. Les dije que si, con gusto. Así fue como apareció la academia. Comenzó con tres niños y ahora ya hay más de veinte. Todo gracias a la ayuda de Dios y a Dimas Orellana y Luis Martínez, dos padres de familia que me colaboraron, ya llevamos dos años trabajando”, explicó el ex guardameta de Liga Mayor.

Deras, quien se retiró del fútbol profesional hace más de dos años, además de trabajar con la academia trabaja en “Eurocomunicaciones, que es una distribuidora de Claro, gracias a que pude sacar mi licenciatura en administración de empresas y es a lo que me dedico”.

Sobre el objetivo de esta escuela es “enseñarles la técnica, los fundamentos básicos para defender la portería, que a esta edad es muy importante cuando se quiere llegar a ser profesional”, mencionó Deras, quien también señala que además de lo deportivo también están pendiente del rendimiento académico de los alumnos: “Se le da prioridad al estudio, porque no solo buscamos formar porteros, sino a personas de provecho para la sociedad. Al final, el aprendizaje deportivo se convierte en un premio”.

Foto: EDH | Lissette Monterrosa

Algo bastante llamativo en la academia es que el compañero de trabajo de Jassir Deras es Carlos “Rapado” Ayala, ex delantero también de la Primera División y Selección: “Invité a Carlos para que se sumara al proyecto y aceptó con mucho optimismo. Fuimos compañeros en varios equipos y para mi es una gran ayuda estar haciendo mancuerna con él, porque yo aconsejo como portero y él como delantero, confesando sus secretos para vencer a un guardameta. Así que vemos que es una conexión a la que se le puede sacar mucho provecho”, apunta Jassir.

Las expectativas para el “profesor” Deras, un término al que poco a poco se ha ido acostumbrando, son que “mis alumnos puedan llegar a jugar en un equipo de la Primera División. Quiero aprovechar mi trayectoria para recomendarlos y crearles una oportunidad real”.

Para Deras la mayor satisfacción está en la sonrisa con la que se despiden los niños tras cada sesión de trabajo. Sueños que se mezclan con los de él, tratando de dejar un legado en este deporte que le dio mucho, y la de los jóvenes alumnos de llegar a ser guardametas de algún equipo profesional y hasta de la Selección.

Jassir Orlando Deras fue un guardameta que se destacó por su carácter en los distintos equipos en lo que militó en la Primera División, desde que dio el salto a la Primera División de la reserva del Alianza.

“Mi debut fue contra Once Lobos, yo jugando para Alianza y perdimos ese partido 2-1, en Chalchuapa. Fue duro iniciar así, pero también bueno para mi crecimiento profesional, levantándome de esa caída”, expresó Deras.

El ahora ex guardameta, además de haber defendido los colores de los albos, también militó en los equipos de Liga Mayor: Chalatenango, Nejapa, Alacranes del Norte, 11 Municipal, Juventud Independiente y Universidad de El Salvador. Mientras que en la Segunda División participó con el Brasilia, Platense y Topiltzín, donde se terminó retirando del balómpie profesional.

Jassir Deras, en su etapa como portero de la UES, en una jugada con Jesús Toscanini de Alianza

Sin embargo, Deras solo consiguió un título de campeón, el cual fue con los paquidermos: “Ser campeón en Primera División es algo difícil de explicar, porque recién me habían promovido de la reserva y llegar a tocar el cielo con ese objetivo fue algo muy emocionante, porque también lo estaba logrando con el equipo de mis amores, Alianza”, comentó con mucha emoción, mientras su mirada la desvía recordando un poco ese momento.

De su carrera deportiva, Jassir Deras se siente “un bendecido de Dios, por haber cumplido el sueño de jugar en Liga Mayor. Me formé a lo que fue saliendo en el camino, pasé muchas penas en varios equipos por no tener la técnica correcta”.

Del fútbol salvadoreño tiene muchos recuerdos, tanto buenos como malos, siendo uno de estos últimos lo que lo llevó a dejar este deporte.

“Mi retiro es en parte por los momentos crueles que da el fútbol, de la forma que los directivos no le dan a respetar al jugador. Tenía para seguir jugando en el fútbol profesional, pero era difícil estar en esto y llegar a casa, con tu familia, y no poderles dar nada. Esto fue la causa principal por la que decidí retirarme”, mencionó.

Lo que lamenta Deras es que “a dos años de haberme retirado no ha cambiado nada, con los equipos que se van a huelga por falta de pago y directivos que no dan la cara. Pero sigo confiando de que esto va a cambiar, que llegará gente responsable que valorará al futbolista. El fútbol no va a morir jamás. Lo que morirá es las acciones irresponsables, con gente que llegará a ser algún beneficio del fútbol”. Por ello y por su naturaleza de ser guardameta, no baja los brazos y con mucho optimismo trabaja en su academia de porteros.