Una pérdida de la razón, un sentimiento de miedo, veinte minutos de locura, dos decisiones del VAR y un gol con el muslo de Fernando Llorente terminaron con el Tottenham Hotspur camino de las semifinales de la Liga de Campeones por encima del Manchester City, que ganó 4-3, pero cayó por el valor doble de los goles fuera de casa (4-4 en el global).
Un 4-3 en el Etihad Stadium que reflejó a dos equipos saliendo a tumba abierta, con miedo a perder, pero sin miedo a fallar y con las figuras de Raheem Sterling y Heung-min Son marcando diferencias, en un partido que acabó con el equipo del argentino Mauricio Pochettino en la semifinal de la ‘Champions’, en la que se medirá al Ajax de Amsterdam.
El control, la tranquilidad y el miedo dominó la ida. Atemorizó a jugadores, entrenadores y público. Cuando este miércoles sonó el ‘Hey Jude’ de los Beatles y ondearon los banderines al viento, algo hizo ‘click’ en la mente de los 22 protagonistas. Olvidaron lo que es el miedo, resetearon ese sentimiento de su existencia y jugaron como niños. Con errores, pasión y alejados de cualquier especulación que surge cuando las barbas tiñen las caras y la adolescencia da paso a la adultez.