El París Saint-Germain vive atormentado en la Liga de Campeones y este miércoles firmó un nuevo fracaso en octavos de final contra el Manchester United, que despertó los fantasmas del equipo francés para acceder a los cuartos de final.
De nuevo lo hizo cuando lo tenía todo de cara, un resultado favorable cosechado en Old Trafford que se convirtió en cenizas cuando en el descuento, ayudado por el VAR, el colegiado señaló un penalti que dejó en tierra al Parque de los Príncipes.
Sin el lesionado Neymar, que lo vio en el palco, sin Cavani, renqueante y que sólo salió cuando no había solución, el equipo de las estrellas construido a golpe de talonario por los cataríes dijo adiós a su gran objetivo. Fue una clasificación increíble, fundada en los errores del rival, asentada solo en la fe en sus opciones, que no perdieron hasta el final.
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Plagado de bajas, de hombres de la importancia de Paul Pogba, los españoles Juan Mata y Ander Herrera más el chileno Aléxis Sánchez, el técnico noruego hizo una apuesta defensiva, que se le puso de cara cuando en el minuto 2, Romelu Lukaku aprovechó un primer error de la zaga parisiense.
De las botas de Dani Alves nació el empate a los 12 minutos, tras combinar con Mbappé que acertó a cruzar el pase para que Juan Bernat, que superó a Bailly por velocidad, lograra el tanto.
Pese a la insistencia de los franceses, fueron los ingleses los que se adelantaron. Esta vez por un error de Buffon, que no supo bloquear un disparo lejano de Rashford, que dejó escapar el sempiterno meta italiano para que Lukaku firmara el doblete.
Manchester United legend Ole Gunnar Solskjær:
1???9???9???9???
2???0???1???9???????#UCL #MUFC pic.twitter.com/885BFGdTpp— UEFA Champions League (@ChampionsLeague) 6 de marzo de 2019
Esperó el equipo inglés, paciente, a que llegara un tercer fallo defensivo que les colocara en cuartos, dejándose dominar. Llegó en el descuento, con una mano de Kimpembe casi imperceptible, pero que no escapó a la vigilancia del VAR.
Rashford, que no había nacido cuando Buffon debutaba en la Liga de Campeones, marcó de forma imponente y condenó al italiano a, quizá, vivir su último momento en la máxima competición continental. Reaccionó con corazón el PSG en el añadido, pero sin suerte. Solo quedaba tiempo para los lamentos y las lágrimas. Y para la alegría increíble de los ingleses.
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