Rudy Valencia tiene fama de ser un jugador de carácter, aguerrido, de esos volantes de marca que son duros para jugar. El de Municipal Limeño lo demuestra en cada partido y sus rivales lo saben. Pero pocos conocen que, escondidos en los 12 tatuajes que tiene, el ex jugador de Alianza guarda imágenes con significados de compasión, ternura y familia.
“Para mí es un arte, el tatuaje es como una manera de guardar en el cuerpo algo que es muy valioso, que tiene un significado especial para cada uno de nosotros”, comenta Rudy (28 años), quien dice que no ha tenido problemas con pandilleros por estar tatuado, pero curiosamente sí con agentes policiales.
Narra que “si se ha dado algo ha sido con la Policía, que a veces no te conocen, te ven tatuado, y hacen una inspección de rutina, que te detienen. Cuando ven que nada alusivo a pandillas, ya te dicen que qué chivo, que dónde te los hacés, y quieren ir a hacerse un par”.
Para Valencia, hay que romper con la idea de que los tatuajes son para gente violenta o delincuentes, y agrega que “uno lo hace por arte, no es algo para criminales, tiene un costo. Tenés que pagar por ese tipo de arte, y en realidad no está a la mano de cualquiera. Un tatuaje, por muy pequeño que sea, anda alrededor de 80 a 100 dólares, hacerte un par de tatuajes implica costeártelo”.
Recuerda además el jugador que los tatuajes también son vistos en grandes figuras a nivel internacional, y que “el futbolista salvadoreño y en todo, en la región, el trabajo, imitamos a figuras públicas de otros países. En el fútbol es igual, uno ve a Messi, Meirelles, Hamsik, quien sea, ve sus tatuajes y uno piensa que en uno no lo van a ver mal”, aunque aclara que “a la hora de tatuarte no vas a ir a ver lo de otro jugador, porque para él tiene un significado, y uno tiene diferentes cosas que a uno le marcan la vida“.
Y justamente de eso habla ahora: del significado íntimo de sus tatuajes. Primero explica el significado de los animales en su brazo derecho.
En la parte de arriba hay un gorila y un oso, que representan la fortaleza que el mediocampista pone en cada jugada en la cancha.
También hay un lobo, que para Rudy representa el líder de la manada, una característica que a él le gusta ejercer para con sus compañeros de equipo. Y la pareja de abajo hace alusión al romance eterno con su esposa, y a que “con todas mis personalidades, con la diferencia de carácter, el mal genio por ratos, siempre hay una dama que lo pone quieto a uno“, bromea el futbolista.
Incluyó un león con un cachorro, por una razón muy particular: “Lo considero como sabiduría, lo tomé como yo y mi hijo menor, Santiago. Hay una historia donde el papá le dice al hijo: ‘Ten cuidado cuando caminas’, y el hijo responde: ‘Ten cuidado tú, porque yo sigo tus pasos‘. Eso significa este tatuaje para mí”.
También hay un mapache, que le gusta “por su ingenuidad, su picardía… y me gusta el personaje de Rocket, de Guardianes de la Galaxia”, comenta.
Este es su primer tatuaje. Se lo hizo a los 18 años “a escondidas de mi abuela. Es un trébol con el número 7 y un sol. Significaba que el día que yo agarrara el número 7, era como una manera de pedir suerte para todos los días que tuviera el 7 en mi espaldas”, justamente el dorsal que ha acompañado su carrera futbolística.
¿Y los nombres? Cualquiera pensaría que Rudy inmortalizó el nombre de alguna “María José”, una ex novia quizá… pero no. “María es mi abuela, con quien me crié, a quien le debo todo. Y José era mi abuelo, él lastimosamente ya murió. Este me lo hice en 2010, estábamos en Reservas” en Alianza.
Después, el volante explica los distintos tatuajes que tiene en su pierna izquierda, que son muchos y con varios significados.
En su rodilla se tatuó “una flor del viento. Lo he tomado como una brújula, al centro están mis iniciales, en torno está el nombre de mis hijos, Dios y mi familia, lo más importante que tengo”, dice.
Más abajo, al frente, aparece un estadio y está Rudy con sus dos hijos, Alessandro y Santiago. Arriba va volando un avión: es en homenaje al equipo brasileño Chapecoense, cuyos miembros murieron en un accidente en Colombia en 2015. Todo está enmarcado en laureles, “alusivo al Alianza”, específicamente a la parte del himno albo donde se habla de “tú tienes ya la corona y los laureles del triunfador”. Cabe recordar que Rudy iba a los estadios a apoyar a Alianza como un aficionado más.
Abajo hay un grillete con la frase: “Hasta que la muerte nos separe”.
En la pantorrilla izquierda, hay otro conjunto de imágenes. Está la mano de su hijo Alessandro sosteniendo el dedo de su padre, con la fecha en que nació el pequeño. Y también hay un listón “alusivo al cáncer, para mostrar que uno está ahí en la batalla con la gente que está activa en esa triste y dura pelea. Los guantes (en la parte de abajo), la gente que ya perdió la batalla con el cáncer. Tengo cuatro rosas (a los lados), que representan una persona especial que lastimosamente perdí por el cáncer: la mamá de mi mejor amigo, una prima, mi mejor amiga y un niño de los que fuimos a apoyar una de las veces al hospital, que estábamos en contacto, y perdió la batalla”, narra el jugador.
Valencia está feliz con los tatuajes que tiene pero quiere más. El lienzo será su brazo izquierdo: “me quiero hacer diferentes tipos de geishas, mujeres en caricatura. Con eso del feminismo, es para apoyar esa causa, de no discriminar a las mujeres, independientemente lo que sean, uno tiene que aprender a vivir con todo tipo de mujeres, sin criticarlas, porque uno viene de una mujer”, concluye.