Conoce la historia del gigante tecleño que quiere ser cirujano

Conoce a Geovany Ávila, quien con dos goles en su partido de debut y un título en su primer torneo en Primera División, se volvió un interesante prospecto a seguir

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Por Mario Reyes - @MarioDR

2019-01-20 8:40:35

Hay que ponerse en los zapatos de un joven de 18 años para dimensionar lo que vivió el futbolista Geovany Ávila en su primer partido como jugador profesional. Un día estás recibiendo clases para graduarte de bachillerato y, pocas horas más tarde, podés ser el héroe del día en la Primera División, salvándole las papas del fuego al equipo que a la postre sería el campeón.

La carrera de Geovany Ávila tomó un rumbo ascendente el semestre pasado, cuando el cuerpo técnico del argentino Cristian Díaz lo incorporó al equipo mayor del Santa Tecla Fútbol Club. A partir de ahí inició su consolidación como joven figura del balompié nacional, catapultado por los dos goles casi milagrosos que le anotó a Pasaquina, el 21 de octubre de 2018, para empatar un partido y salvar una racha invicta que parecían perdidas.

Todo cambió en una de esas tardes que parecían del montón, luego de un entreno con el equipo de reserva tecleño. “El profe Gastón (Ramondino, preparador físico) se me acercó y me dijo que me miraban buenas cualidades, solo tenía que explotarlas y tratar de mejorar algunas cosas”, recuerda.

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A Ávila lo convocaron por primera vez para jugar contra Isidro Metapán. Le siguió otro juego en la banca contra Águila y, finalmente, le llegó el partido que acabó siendo clave contra los burritos. Entrando al minuto 72, marcó dos goles en el tiempo de descuento para igualar el juego 2-2 y evitar que cayera el invicto de local de los periquitos, que en ese momento era de 37 juegos sin perder y que ahora es de 46.

“Ese día no pensaba entrar y menos mirando el resultado (0-2). Como juego de defensa, no entraba en mi cabeza la posibilidad de jugar de delantero, pero me tuvo confianza el cuerpo técnico y pude anotar los goles”, comentó.

Un gol a pase del brasileño Ricardo Ferreira y otro de cabeza, tras centro de Kevin Reyes, le valieron a Geovany la felicitación de los suyos, pero también le dieron fama de matador en el área grande.

Lo anterior no habría pasado de una mera anécdota de no ser porque Ávila jugó más partidos, incluyendo una semifinal y algunos minutos en la final que le ganaron 2-1 al Alianza, el pasado 16 de diciembre, y que lo metieron en la lista de jugadores más jóvenes en alzar un título de Primera División con 18 años en su primera experiencia.

“Ser campeón en mi primer torneo es algo nuevo y bonito porque no se vive muchas veces en la vida; tratar del aprender, de sacar cosas buenas y seguir trabajando”, dice.

Un sueño

Santa Tecla se ha vuelto el espacio ideal para que Geovany, así como otros reservistas, encuentren minutos. Sus cualidades, su estatura, su seriedad en las grandes citas, ya lo perfilan para convertirse en un referente del deporte pronto.

“Uno se siente bien, con buenos compañeros, con buen camerino y los profesores siempre pendientes de uno. Estoy a gusto”, asegura.

Curiosidades del “Flaco”

Geovany Ávila estudia su último año de bachillerato en la escuela de alto rendimiento de la Fundación Educando a un Salvadoreño (FESA). A punto de cumplir los 19 años, el zaguero de Santa Tecla desea convertirse en médico forense o cirujano, una profesión que desea sobrellevar junto con el fútbol. “Pienso que si uno tiene bien claro lo que quiere y pone todo el esfuerzo que requiere, se puede lograr”, sentencia.

Oficialmente, Ávila mide 1 metro y 90 centímetros, lo que lo convierte en uno de los jugadores más altos de la Primera División. “Quizás hace unos tres o cuatro años sí pegué un estirón, pero cuando tenía entre 9 y 11, no era tan alto como los demás”, cuenta.

Ávila se formó en las escuelas municipales de Santa Tecla. “Cuando tenía 9 años era lateral izquierdo; de 10 a 14 años, jugué de delantero un tiempo. Ya después, me hice central”.