El fútbol suele dar esas vueltas. De ser exjugador y fiel aficionado al Águila, Roberto Pérez resultó ser el presidente que armó al Dragón campeón del Clausura 2016, cuando derrotó en la final al propio equipo emplumado.
Su carrera en el fútbol la inició en Jucuapa, su lugar de origen. “En el barrio había un señor, Manuel Avelis, hacía torneos por edades, yo era el más pequeño, empezamos en las calles. Desde niño empecé a integrar las selecciones de la escuela. Al fútbol profesional llegué por Manuel Ramírez, mi cuñado. Su papá era muy amigo del profe Vizcarra, que era el coordinador de la escuelas de fútbol de Coca Cola. Yo estudiaba en Jucuapa pero me vengo a vivir a Mejicanos para empezar en estas escuelas, el equipo participaba en Segunda”.
Estuvo un año viviendo en San Salvador pero se volvió a Jucuapa y el profe Manuel Turcios (año 92), que en ese tiempo era el presidente de Aspirante de Jucuapa, le hizo la invitación para ir de juvenil a ese equipo. Tenía 16 años. “Fuimos compañeros con el Diablito Ferreira, Romeo Valenzuela y muchos más”.
En Aspirante jugó dos años. En octubre del 94, el Aspirante invitó al Águila para las Fiestas Patronales. “Nos vieron jugar con el Diablito. Siempre fui volante izquierdo, “Zurdito Pérez”, me decían aunque yo tenía claro que mi prioridad el estudio. Desde que elegí mi carrera, mi sueño fue siempre ser abogado”.
Omar Sevilla: clases de campeón
Omar Sevilla divide su trabajo en Dragón con el Colegio Tecnológico Cristiano Justo González. Es maestro en educación física y varios de sus alumnos ya se hicieron aficionados a los mitológicos.
De su paso por Águila recuerda que no fue fácil ingresar al grupo. “En Águila había un grupito que si no lo quería tener como jugador, lo marginaba y no entraba. Pero por las habilidades pudimos entrar. Elmer Rodríguez era el DT. Entrenaba poco porque nunca dejaba el estudio. Y luego llegó un DT que me cambió la vida, Milovan Djoric, no uno de los mejores, sino el mejor técnico que ha venido a El Salvador. Y para él, tener un zurdito era la locura”.
Recuerda que su juventud no fue fácil y eso pudo conspirar en su contra a la hora de jugar en Águila. “Me críe con limitantes enormes y me llamaron a entrenar con la mayor. Pero no tenía teléfono y no me enteré. ‘Vete, tu eres un campesino, no eres responsable”, me dijo Djoric. Poco a poco lo fui convenciendo y pude jugar en el Águila.
Debutó contra El Roble de Ilobasco y jugó algunas temporadas en el primer equipo del que era fiel aficionado.
Después, por su estudio debió abandonar el fútbol. Empezó a trabajar en el estudio de los Arieta. Lo que nunca imaginó es que un día sería el presidente en la vereda de enfrente. Y que le ganaría nada menos que una final del fútbol nacional, aquella que de la mano de Omar Sevilla, el Dragón sorprendió al mundo del fútbol y levantó el título en el Clausura 2016 en el estadio Cuscatlán.