José “Puma” Peña terminó siendo el héroe impensado del Alianza, al entrar al minuto 75 y convertir los dos goles con el que empataron a FAS y llevar a los albos a su quinta final consecutiva. No aceptó que se le llamara héroe, ni figura. Destacó mucho el trabajo de todo el equipo.
Aunque demostraba mucha tranquilidad, por dentro estaba eufórico por la clasificación. Confesó que el doblete fue parte de las oraciones que le hizo a Dios, antes de entrar a la cancha.
“Estando afuera tenía ganas de entrar, aunque íbamos perdiendo 2-0, tenía la esperanza de que una me iba a quedar y la iba a meter. Entré con una gran convicción de anotar y se me dio la ocasión. Pero todo el equipo lucho”, expresó Peña.
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Entre toda la alegría, Peña también hizo un breve análisis de las lecciones que dejo este compromiso: “Tenemos que estar concentrados de principio a fin. Las expulsiones nos afectaron bastantes, atacamos, no lo dejamos de hacer. Yo creo que el trabajo se vio, porque todos estábamos muy atentos, con dos jugadores menos, y ahí se ve el resultado”, dijo.
El delantero paquidermo, también opinó sobre los aficionados, que cuando cayó el segundo gol de FAS, dejaron molestos el estadio: “Que sean un poco positivos con el equipo, no solo estar en las buenas con el equipo. Los que se quedaron vieron a un equipo aguerrido que no dejó de luchar. A esas personas que se fueron, le va dedicado este partido y les pedimos que nos apoyen en la final”, señaló.