El desencanto de la afición y las tribunas vacías en el estadio Cuscatlán

Un estadio desolador fue el escenario para la presentación de la Selecta en el amistoso ante Haití

descripción de la imagen
Los pocos hinchas que fueron al juego en el sector de sol general. / Foto Por Lissette Monterrosa

Por Gustavo Flores | Twitter: @Gusflores21

2018-11-21 7:25:09

Triste y solitario. El desencanto con una actualidad negra de la Selecta en competencias oficiales se hizo notar ayer en el estadio Cuscatlán, Hacía tiempo que no se veía un estadio tan vacío cuando jugaba el equipo nacional de local. Indiferencia total y fracaso económico.

Lea también

Las aficionadas más fieles de la Selecta

¿Quién dice que el fútbol es cosa de hombres? Estas salvadoreñas demuestran el amor que le tienen a la Selecta. Con la camisa azul puesta no dudaron en asistir al Cuscatlán, que tuvo pocos aficionados para El Salvador-Haití. La pregunta para ellas fue: ¿por qué vino a apoyar a la Selección pese a que perdió en el último partido?

El paso errante de la Azul en la clasificación de la Liga de Naciones y la inesperada derrota ante Bermuda (país de 65 mil habitantes donde el cricket es el deporte popular y 180 del ranking FIFA) tiró al sótano la expectativa de un juego ante un rival poco atractivo, aunque hoy goza de una buena actualidad en el torneo de Concacaf. Fueron un puñado de aficionados los que se animaron a llegar al Coloso en la noche del martes y desafiaron a todos los escépticos.

El panorama del Cusca fue casi desolador. Los vendedores en las taquillas bostezaban ante la falta de actividad en la previa. Un banco regaló 8,000 entradas pero en todo el estadio no había ni el 25% de esas personas que tenían boleto gratis. Sectores directamente ni habilitados y plateas desoladas. Tan vacío estaba que a la hora del himno hasta se escuchaba el canto de los jugadores.

En sol general, la barra identificada como “Bichos Unidos” le puso el único color de una noche aciaga que pareció desperezarse con el gol del debutante como titular en la Selección, Joaquín Rivas. Del lado de enfrente, en platea, el infaltable Indio Cuscatleco fue otro de los personajes que intentó “levantar” a la poca afición que lo rodeaba.

Eso sí, entre los pocos aficionados no se escucharon reproches ni al técnico ni a los jugadores por la derrota en Bermuda de cuatro días antes. El malhumor mayor pasa con los dirigentes aunque esta vez ni siquiera dio para cantos contra ellos.

Triste, solitario y final. La indiferencia es uno de los peores males que puede generar un equipo. La Selecta lo sufrió anoche como nunca antes. Será un trabajo arduo el de empezar a cambiar esta realidad negra de la Azul.