Firpo sigue en el fondo porque merece estar ahí. Un equipo que no puede sostener la ventaja, sin ideas y sin alma, es el que vive en el sótano de la Primera. Anoche, con esfuerzos, apenas empató 1-1 ante un Limeño que fue más garra que fútbol.
Las alrededor de 600 personas que estuvieron anoche en el Sergio Torres tuvieron que esperar hasta el minuto 37 para comenzar a emocionarse, porque antes de eso se vio un concierto de nervios, pases imprecisos y hacia atrás, con dos equipos atenazados en la pierna fuerte del mutuo 4-4-2. El cierre de la primera etapa, eso sí, fue emocionante, porque ambos oncenos despertaron con sus mejores jugadas.
Hasta ese momento, Firpo había dominado un poco más en el juego, aunque sin crear verdadero peligro. Los dos Rodríguez naufragaban en los costados, absorbidos por la zaga cuchera; el triniteño John corría al vacío y recibía de espaldas al marco, pero sin acompañamiento; y Medrano bajaba a la media a buscar pelotas, seco de pases arriba.
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Del otro lado, la movilidad de Clayvin Zúniga y Espinoza metía en algunos apuros a la zaga pampera, pero el capitán argentino De Brito, Menjívar y el resto se combinaban para no permitir nada.
Hasta que el grifo del fútbol se abrió, con un disparo de Espinoza al 37′ que exigió al meta pampero. Después, Medrano tuvo dos oportunidades seguidas contra el pórtico santarroseño (38′ y 41′), sin éxito. Y justo cuando se iba la primera mitad, De Brito levantó la cabeza desde la zaga y sirvió un balonazo que John bajó con calidad; luego el caribeño encaró a dos defensas y los dejó con amagues, hasta sacar un disparo cruzado, potente al segundo poste, imposible para “Meme” González.
John lo celebró con baile incluido con sus compañeros, y ocurrió lo impensable hasta entonces: Firpo, a pesar de tan pobre muestra futbolística, se iba a las gradas con ventaja y bajo un baño de aplausos.
El mismo equipo que tenía 11 juegos sin ganar, ahora tenía a mano la victoria, y justo ante el último equipo al que había derrotado, Limeño, por 2-1 en Santa Rosa de Lima el 30 de agosto. El mismo Firpo que llegaba con cuatro derrotas al hilo, en una horrible racha que incluyó seis goles en contra y cero tantos anotados, podía salir triunfante. Sólo debía aguantar o ampliar la ventaja en la Caldera del Diablo en el segundo tiempo.