CHALATENANGO. A pesar de no ser un juego vistoso, Chalatenango consiguió anoche una victoria solvente (2-0) sobre Audaz. Fue efectivo en las que tuvo y, aunque su rival exigió poco, resolvió y se entusiasma en la clasificación (26 puntos).
El partido tenía mucho significado para dos equipos que se están peleando un puesto entre los ocho. Si bien se encuentran en el pelotón, la recta final es clave para no perder puntos. Ayer, ambos equipos sabían lo que estaba en juego.
Sus técnicos apostaron a parados similares, con dos hombres en ofensiva, y cuatro elementos en la media y la defensa. Pero los norteños tuvieron apuesta por salir por los carriles, con César Flores y Edgardo Mira; y los de Apaste lo buscaban por el centro con Rudy Valencia, apoyado mucho por la izquierda con Elvin Alvarado.
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El partido se tornó mucho con juego de medio campo, con entrega de balones imprecisas y pocas ideas hacia el ataque. Ningún cuadro consiguió crear verdadero peligro. De hecho, pocas ocasiones de disparos desviados vieron pasar los porteros, y aunque se animó ligeramente Chalate con estacionarias el panorama era pobre.
Audaz, con poco juego hacia sus atacantes, optó por algún pelotazo largo, desviado. Mientras algún balón peleado por Eduardo Rodríguez o Mckaully Tulloch terminaba dividido o mejor anticipado por los norteños.
Era poco el juego vistoso. Y el 0-0, en media hora de partido, era el balance de lo que pasaba en el engramillado. Ni por buen fútbol, ni por méritos, lo que se generaba era para ligeros lamentos de aficionados.
Pero no fue lo deportivo lo que le dio vida al partido, sino lo circunstancial. A los 33 minutos, un apagón de energía eléctrica impidió que se siguiera con el juego. El corte de luz duró 16 minutos. Sin embargo, hasta el descanso, nada nuevo sucedió.
La reanudación, no obstante estaba a favor de los norteños. Al minuto de juego, Ramiro Rocca adelantó a los locales, con un disparo desde la izquierda que cobró de zurda y se fue cruzado ante el portero José Mejía. La desconcentración de los coyoteros en las marcas en el fondo quedó en evidencia, y Chalate no perdonó y se entusiasmó.
Se abrió así el partido, con perfil ofensivo morado, ante un Audaz que perdió la brújula y trató de reacomodarse y no perder de vista el salir al ataque, pero lo consiguió con jugadas individuales, como un remate de Rodríguez que terminó en los guantes de Henry Hernández.
Hasta que los morados supieron descontar el segundo: una contra local, pelota controlada de Marvin Márquez, con una marca pegada, y solos en el área –tras la salida de Mejía– definió a baja altura al ángulo izquierdo el 2-0 (66’).
Los morados supieron sostener el resultado, mientras Audaz peleó por algunas ofensivas, pero no tuvo tiempo, ni definición para descontar. Con el resultado, Chalate se pega y mantiene a la ilusión de estar entre los ocho. Y lo está logrando.