Ogangan: “Cuando fui a San Salvador pensé que estaba en Estados Unidos”

El africano Fredrick Ogangan, jugador del Jocoro, reside en El Divisadero (Morazán) y cuenta cómo es su estilo de vida, en casi un año y medio que lleva en el país

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Por Franklin Ponce | Twitter: @FP11EDH

2018-09-28 7:01:48

MORAZÁN. A más de 10 mil kilómetros de distancia de su lugar natal (Abuja), el jugador nigeriano del Jocoro Fredrick Ogangan adoptó al municipio de El Divisadero, en Morazán, como su nueva casa.

“El Divisadero es el lugar más tranquilo donde he vivido en toda mi vida. Me viene muy bien vivir aquí porque soy una persona hogareña y tranquila, así que me siento contento en este lugar”, expresó el delantero africano, quien lleva año y medio residiendo en el país.

Ogangan llegó al fútbol nacional para Municipal Limeño, ahí estuvo un año residiendo en Santa Rosa de Lima. Ahora que milita con los jocoreños se trasladó a tierras morazánicas.

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Vive en una casa grande, con las comodidades necesarias para sentirse a gusto. Ahí comparte residencia con su compañero, el paraguayo Jorge Cáceres, con quien ha aprendido a tomar “mate”.

“En general, la gente salvadoreña es bárbara, aunque para lo deportivo se vuelve muy exigente”, mencionó el nigeriano, quien antes de venir a El Salvador estuvo en México, adonde aprendió a hablar bien el español. En El Salvador se ha tenido que acostumbrar a muchas cosas, aunque con la comida no ha tenido mayores problemas porque “el arroz y el frijol es algo que como muy seguido y que se parece a lo que se tiene en Nigeria”.

Distinto con las pupusas, las cuales “todavía no me he acostumbrado a comerlas. Probé la de frijol y queso, pero no mucho me pareció. Dicen que hay de otras especialidades, por ejemplo de camarón, esa espero probar pronto”, dijo.

En su tiempo libre, Ogangan confesó: “Cuando puedo, trato de ir a conocer, voy a San Miguel, al centro comercial, al cine, a comer. Pero la mayor parte del tiempo me la paso en la casa, platicando con mi familia en Nigeria a través de las redes sociales”.

Por su trabajo no ha tenido tiempo de visitar lugares turísticos del país, aunque se ha dado una que otra escapada. “Conozco muy pocos. Fui a la playa El Cuco, que me sorprendió. Es un lugar superbonito. También la capital, cuando fui, sentí que estaba en Estados Unidos. Es muy diferente a esta zona”.

Aunque aceptó, entre risas, saber algunas palabras en “salvadoreño”, no se animó a pronunciar algunas.

Lo que sí aceptó es que tiene una hondilla, con la que baja mangos y caza algunos garrobos, pero también reconoció: “No soy muy bueno con esto”.

En su tiempo en el país, Ogangan no tiene ninguna mala experiencia, solo los sustos que ha vivido con los temblores: “Ya hubo un par que me han hecho correr. Yo les tengo mucho miedo y aquí he sufrido mucho con eso”, señaló el jugador que, a pesar de eso, asegura vivir feliz en El Salvador.