La gimnasta salvadoreña a quien le adelantaron su defensa de tesis por el Mundial

Camila Meléndez destacó como gimnasta artística, ya como entrenadora de dicha disciplina se le abrieron puertas en Rusia. Conoce un poco de cultura y sociedad rusa desde la mirada de una salvadoreña

descripción de la imagen
Camila Meléndez en la Clausura del campamento de Gimnasia Rítmica de Invierno 2018 en el cual participó como entrenadora y coreógrafa. Foto: EDH | Cortesía de Kamila Meléndez

Por Robbie Ruud

2018-06-05 8:41:10

Camila Meléndez es una exatleta graduada en Licenciatura en Educación Física y Deportes con especialización en Gimnasia Rítmica de Cuba, pero desde 2015 ella estudia Máster en Pedagogía de la Cultura Física en Russian State University of Physical Culture, Sport and Tourism. Está a punto de graduarse, y hoy más que nunca extraña a El Salvador.

“Saqué una licenciatura en Cuba, luego busqué hacer la maestría, pero decidí que sería en otro país. Había pensado en otros destinos como Costa Rica o España, pero luego por un amigo me enteré que podía ir a Rusia. Mi mamá al escucharme que dudaba del destino me dijo que no pusiera de excusa el frío, así decidí entonces ir a cuando todavía trabajaba en la federación, eso fue en 2015. Después de varios años en Rusia hasta en este pude regresar a El Salvador de vacaciones;y ahora que volví al gigantesco país hace unas semanas, sí me enteré que extraño mucho mi familia, al aguacate, el mango y la playa (Risas)”, manifestó.

En el primer año Camila estuvo en Óbninsk, en la facultad de idiomas, para aprender ruso hasta en agosto de 2016. En septiembre de ese año se mudó a Moscú, donde estuvo hasta hoy estudiando la maestría. A Camila le ha gustado mucho estudiar allá, en su curso abundan los rusos, y una tunecina es su única colega extranjera con ella, con quien suele comunicarse en inglés.

“El estudiante participa mucho, también hay muchas discusiones; el profesor no solo está para impartir una lección y todo es muy dinámico. Siento que he podido ampliar mi base científica, pedagógica y profesional. Espero cuando vaya a El Salvador pueda enseñar todo lo que he aprendido. La Cultura Física se relaciona con el baile y la gimnasia artística. Acá en Rusia hay competencias, torneos y exhibiciones de baile todo el tiempo, el país sigue siendo la gran potencia mundial desde el 2000 hasta en la actualidad. Incluso fui a un curso de arbitraje en ruso, y eso ha sido una experiencia muy enriquecedora para mí porque ha rebasado todas mis expectativas. Termino ya en junio la maestría, pero no me regreso a El Salvador todavía”, explicó.

Camila Meléndez junto con la campeona olímpica de Gimnasia Rítmica en Sidney 2000: Yulia Barsukova, de nacionalidad rusa. Foto: Cortesía de Camila Meléndez

Camila ha hecho muchas cosas además de estudiar en Rusia. Se casó con un ruso, su nombre es Vadim Alexandrovich, y espera a que él termine sus estudios para luego ver qué se harán y hacia dónde continuar con la vida.

La salvadoreña está sorprendida con un rasgo poco conocido para nosotros sobre la cultura rusa: “Sin duda algo que me ha gustado mucho por acá es la situación de seguridad, es muy seguro. Por ejemplo, nunca me han acosado en la calle, algo que me pasaba casi todos los días en El Salvador; la seguridad es sin duda lo que más me ha gustado. Aquí nadie acosa en la calle a nadie, jamás he visto algo parecido. La cultura rusa es bien distinta a la salvadoreña en varios aspectos, acá nadie le sonríe a extraños, en cambio en El Salvador es algo que ocurre. En nuestro país hay gente que hace amigos en el bus, o que ha visto en un sitio público; acá el proceso para crear una amistad es más largo, todo es desde un punto de vista más formal”.

Asimismo, Camila explica que los rusos son personas muy hospitalarias, en el caso de que a uno lo inviten a comer, es porque los anfitriones tienen las posibilidades de lucirse y tiran la casa por la ventana. La gimnasta cree que en Rusia no sonríen mucho por el clima, todo mundo anda cubierta la cara, ni a ella incluso le dan ganas de sonreír.

Otro aspecto de la idiosincrasia rusa es que ellos no se saludan de beso con gente que empiezan a conocer o extraños. Camila comentó que ellos son bien respetuosos de la distancia entre personas, y más cuando es entre un hombre y una mujer. Contó también que ellos guardan mucho el espacio personal, que no se van a saludar de beso a menos de que se trate de una persona muy cercana.

La salvadoreña aclara que el saludo ideal es a un metro de distancia o dar un apretón cálido de mano sin beso en la mejilla; y lo mismo tal cual para despedirse. Otra cosa que aprueban los rusos es también decir adiós con la mano alzada, algo muy adecuado para con extraños o recién conocidos.

Diploma al mérito: “Estrella de la ciencia 2017”, por haberse destacado en conferencias y actividades científicas en la universidad donde estudia. Foto: EDH | Cortesía de Camila Meléndez

La gastronomía es algo que no pasa inadvertida para Camila, y comentó qué es lo que más le agrada comer, así como también otros detalles: “De comer me gusta mucho el Borsch, una sopa de remolacha bien rica, es lo que más me gusta de los platillos autóctonos de acá, usualmente se come con pan negro. A mí me costó adaptarme a ese pan, pero me gusta porque sustenta bastante. La Shaurma viene siendo la comida chatarra de Rusia, algo parecido a un wrap, muy rico. También tienen panes con queso y hierbas, de pollo con queso o repollo con huevo, estos suelen tener la apariencia de una empanada. En las bebidas no alcohólicas, el té les encanta a los rusos, y a mí también. Si no tomo té caliente tras la comida, siento que no he terminado ya me acostumbré. Las estadísticas dicen que se toma mucho vodka, pero no me gusta tomarlo, y mi esposo no toma ni fuma”.

Sobre el desarrollo tecnológico, Camila describió que hay muchas maneras de desplazarse en territorio ruso. La atleta cuscatleca dijo que existen trenes eléctricos, el trolebus, el tranvía, y el monorriel, que es un transporte rápido, pero de corto recorrido, y es que se dedica a mostrar lugares muy emblemáticos de la capital. El metro, indicó, llega a todas partes, y cada año se apertura uno nuevo. Cada estación de metro, detalló, es una verdadera obra de arte, porque parece que uno ha entrado a un museo.

El metro de Moscú es uno de los más profundos del mundo, ella cree que está a más de 100 metros bajo el suelo, contó que uno suele demorarse hasta tres minutos y medio bajando por las escaleras eléctricas. “Están los trenes entre ciudades y entre sitios más lejanos, los primeros no suelen ser muy cómodos. Hay algo bien interesante y es que hace poco implementaron un sistema de “cobro voluntario”, digamos que apelan bastante a la honestidad del ciudadano, y de momento nunca vi algo parecido en otro sitio, puede subir por la puerta que quiera y nadie controla el pago, es un paso de la tarjeta a conciencia”.

Esos cambios, contó, fueron para hacer más rápido el transporte. Asimismo aclaró que se puede andar caminando, ya que en Rusia sí hay aceras por todos lados a los que uno quiere ir, no como en El Salvador. Camila detalló también que existe una fuerte la cultura de uso de bicicleta, una persona puede rentar bicicletas con una tarjeta en muchas estaciones, obviamente en verano. Se paga por todo el periodo de verano y se devuelve en cualquier estación.

Camila Meléndez dando clases de gimnasia para el adulto mayor. Foto: EDH | Cortesía de Camila Meléndez

Algo básico, el tema del idioma es para muchos, que hemos leído unas tres palabras en ruso, un reto grosero; sin embargo, aprender el idioma para Camila no fue difícil. Previamente estuvo estudiando con una aplicación que le ayudó mucho, ya en la facultad aprendió rápido con clases intensivas de lunes a sábado. “He conocido gente que nunca aprendió porque no le gustaba. Hay que educarse para escribir en letra de carta ya que es muy usada en Rusia. Eso de la escritura sí fue complicado, pero luego uno se acostumbra; eso sí ahora ya no puedo escribir en español en letra de carta (risas), ya lo tengo automático en ruso, si lo intento suelo confundir las palabras. En el teléfono móvil y en la computadora ya me acostumbré sin problemas”.

Por último, no se puede dejar de hablar sobre el evento más grande a nivel de selecciones, la esperadísima Copa del Mundo. Camila es ajena al deporte, pero se animó a contar cómo está al ambiente allá, y hay algo que nos sorprenderá a todos los compatriotas: “Se habla mucho del Mundial, pero creo que se habla más en El Salvador aunque usted no lo crea. La gimnasia rítmica por ejemplo es más popular que el fútbol, toda la gente sueña con poner a sus hijas en gimnasia, y para los hombres es un poco más el hockey, luego bien de cerca le sigue el fútbol y luego las artes marciales, pero ninguno se saca tantas ventajas”.

Camila detalló que hay una policía turística preparadísima que habla al menos dos idiomas además de ruso, y que ayudarán a la gente extraviada durante la Copa del Mundo. También hay gente de turismo que está cerca en los estadios, por la sacada de plata no hay problema ya que existen cajeros que hablan en inglés; hay mucha propaganda por todos lados.

“A la familia de mi esposo no le interesa mucho el mundial, tengo dos compañeros de estudio que les gusta el fútbol y sí hablan todo el tiempo del mundial. Incluso en las clases de la maestría que curso, adelantaron la fecha de la defensa de la tesis para la primera semana de junio por el mundial. En la televisión hay mucha propaganda, pero por internet me parece que es mucho mayor”, finalizó.


A continuación, un video donde se muestra a Camila Meléndez dando clases de gimnasia para adultos mayores