Rubén Alonso: “Les pido a ellos actitud, y luego, que se diviertan”

El entrenador uruguayo, analiza el presente en Sonsonate y ofrece algunos conceptos sobre el manejo de las emociones y los retos. Contrario a lo que se cree, Alonso disfruta del fútbol todos los días

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Rubén Alonso, ahora ex director técnico del Sonsonate FC / Foto Por EDH - Lissette Monterrosa

Por Roberto Leiva | Twitter: @RobbieRuud

2018-02-13 6:20:25

Los hinchas del Sonsonate recuperaron la sonrisa con una victoria ante Águila en el Ana Mercedes Campos. Al calor de una tarde cocotera de lunes, los futbolistas se dividen en dos grupos para entrenar: unos, quienes fueron titulares ante Águila, hacen regenerativo, los que no jugaron, hacen trabajo físico; afinando varios detalles.

Previo, durante el calentamiento, Rubén Alonso, en pantalones no tan cortos, se pone a trotar con los suyos. Empieza en paralelo, luego, naturalmente, les deja para seguir al ritmo que le viene bien. El sol es fuerte, pero luego unas nubes bloquean al astro rey para olvidar la idea nociva de un bronceado extremo.

De nuevo en la acción del entreno, Rubén descansa en uno de los banquillos un par de veces para relajar los músculos. Grita un par de indicaciones al grupo de los que hacen el trabajo físico. Sin convencerse de que sus ideas se cumplen, se para y se pone en la orilla de la cancha. “Azules marcan ahora, azules marcan ahora, rápido, rápido”, es una de sus tantas órdenes.

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Luego vuelve a sentarse, y deja al preparador físico el trabajo de acompañar y hacerle saber al grupo qué hay que hacer, cómo y a qué velocidad. El trabajo físico de ese momento demanda a los futbolistas de dicho grupo un circuito de ejercicios con balón, y visiblemente extenuante. Al final del ejercicio -que ponía a competir a una pareja- el que llevara la delantera en el tramo final debía patear el balón, y el que se rezagó, debía incomodar para evitar el tiro al portero.

“¿Llegan con las piernas pesadas a definir, no?”, pero Alonso responde: “Eso no es nada hijo, eso no es duro; duro es andar con un pico y una pala diez o doce horas al día, eso sí que es duro”, sentencia.

Henry Hernández, portero del Sonsonate FC, durante un entrenamiento del cuadro cocotero. Foto EDH – Lissette Monterrosa

Más tarde, tras buscar una sombra y la respectiva hidratación y recuperación de minerales perdidos, los jugadores se duchan y van a cambiar. Entonces Rubén Alonso elige un lugar para sentarse cerca del ruidoso camerino (cumplió años Luis Copete) y se concentra para charlar:

¿Cómo han sido desde lo emocional para Rubén Alonso estos intensos días?

Bien, bien. Tengo mucha fe en Dios, mi trabajo se lo pongo en sus manos… con el hecho de abrir los ojos cada día me levanto motivado, y más haciendo lo que a mí me gusta. Estoy metido en el fútbol desde los seis años y tengo también mis labores (culinarias) fuera del deporte. Hay adversidades, hay alegrías, todo es lindo, así que hay que disfrutarlo.

¿Cómo va la cocina?

Sí. Ya voy para 19 años de tener una parrillada. El fútbol me da tranquilidad, pero si solo dependiera del fútbol, tuviera un estrés muy grande. Vivo de lo que hago, y con el fútbol me divierto.

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¿Cómo renovó los ánimos la victoria ante Águila?

Mis ánimos siempre andan arriba. En el grupo… bueno, si yo fuera una persona que viviera mi vida desmotivado y le traigo mis problemas al grupo, sería terrible. Sé que el trabajo de entrenador es demandante, pero debo tener siempre a los jugadores motivados y arriba. Este equipo viene mejorando partido a partido, lo veo bien al grupo. Les digo constantemente que la presión me la dejen a mí.

El entrenador es más fácil de sacarlo, aunque yo quisiera que siempre tuvieran la actitud que demostraron el sábado (en el gane ante Águila) pero no porque se la jugaron por mí, sino que como profesionales que son deben de tener siempre esa actitud de querer ganar, de querer sudar la camiseta. Les felicito por la actitud que tuvieron con mi persona, pero yo les pido que eso no sea solo para mí, que sea para ellos fundamentalmente, quienes son los que se visten de corto.

¿Cuál ha sido la mayor virtud de su equipo durante lo que va del Clausura 2018?

No llegarse a desesperar. Yo me fui a Uruguay -tras el Apertura 2017- los muchachos se quedaron trabajando en la pretemporada solo con Mario Elías Guevara, regresé a El Salvador viernes, y el sábado arrancábamos con Santa Tecla este torneo. Sentí que no fue lo correcto, pero el viaje lo tenía preparado ya desde tiempo atrás ¡tenía 37 años de no llegar un año nuevo a mi país! Tomé esa decisión, y estaba también sabedor que los dirigentes del equipo -Sonsonate- podían hacerme a un lado.

Ahora quiero agradecerles porque confiaron en mí; pienso que tenemos un gran presidente, puede que tenga sus cosas, pero ningún ser humano es perfecto. Venir a poner su dinero mes a mes acá, y no recibir nada… pienso que (Pedro Contreras) tuvo una paciencia grande conmigo. Sobre los números míos, tengo cinco victorias en 25 partidos dirigidos, empaté diez. Espero que pueda hacerle justicia a esa paciencia que ha tenido conmigo, porque desde el momento que tomé al equipo, he querido darle todo lo mejor, porque pienso en grande.

Sonsonate FC realiza un entrenamiento en el Estadio Ana Mercedes Campos de la ciudad cocotera. Foto EDH – Lissette Monterrosa

Su conclusión ante tan alta cantidad de empates es:

Nooo, a veces podemos echarle la culpa a la definición, con goles se ganan los partidos; nosotros no hemos logrado hacerlo ni tampoco crearlos. A veces sí lo logramos, como contra Firpo (14 ocasiones de gol), y contra Águila merecimos, y ganamos el partido, eso fue importante. A medida de que mantengamos nuestra meta a cero, podemos sumar porque tenemos un buen equipo. ¡Este equipo puede ganarle a cualquiera! pero también puede perder contra cualquiera.

¿Qué debe corregirse entonces para los siguientes partidos?

Tenemos jugadores de nombre, de recorrido, pero hace falta actitud, y no solo de cinco o seis como pasó con Águila, los once y los relevos deben de estar así también. Eso es lo primero que les pido a ellos, y luego, que se diviertan. Yo soy de los que exijo, pero también quiero que jueguen al fútbol; yo soy entonces el responsable cuando se equivocan. Juegan con una camisa apretada, sin nombre, y quiero que rindan, sino el que está esperando turno va a llegar y se la va a poner.

¿Qué hace cuando un futbolista se desmotiva?

A mí me molesta cuando viene un jugador con la cara larga, triste, si viene a hacer algo solo por dos horas, imagínese cómo le va a alguien que trabaja en la calle y hace algo para ganarse el sustento por ocho o diez horas, vive con estrés todo el día. El trabajo de los futbolistas entonces… yo no acepto que alguien esté desmotivado en esto, si esto es lo más lindo que hay. Nos pagan para hacer lo que nos gusta.

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Todos se alían en la victoria, pero en la derrota tenemos que tener la capacidad para levantarnos, son muy pocos amigos los que vienen en la derrota. Yo quisiera que vinieran ayudarme en lo mental cuando mi equipo pierde, es ahí donde aparecen los mejores amigos. La derrota es para crecer, eso es lo que les intento decir a los jugadores, de ahí se aprende.

Vamos al escenario contrario ¿cómo se maneja a un jugador que anda en exceso motivado, ese que se las da de estrellita?

Cuando anda mal, decirle que puede mejorar. Yo tengo un apoyo importante de los jugadores por mi manera de ser. Hubo muchos entrenadores que me insultaron, yo jamás insultaré a un jugador, los trato como personas. Ellos deben entender que yo soy su jefe cuando estamos afuera de la cancha, que lo que yo diga hay que hacerlo. Cuando están adentro la que debe mandar es la inspiración, tienen que estar sueltos para jugar.

No puedo creer que un jugador de veinte años no esté motivado si yo voy para los 56 años y ando motivado siempre, yo ya me acerco a esa edad donde uno no sabe cuándo va a partir. Un jugador triste no cabe en mi grupo, y tampoco uno que no ponga los pies sobre la tierra.

¿Cuándo parará en el fútbol?

Cuando ya no sienta ese sentimiento. No soy monedita para caerle bien a todos, algunos dicen que soy excelente, otros dicen que no sirvo. Yo pongo en la balanza todo lo que he ganado y eso no es casualidad. Dios me da la virtud de que mis equipos caminen, tengo 27 años de vivir en Sonsonate, y me gustaría regalarle algo a esta ciudad. Y si no es así, hay que agradecer siempre, porque esto se disfruta.

 

Alonso es un entregado al fútbol y a la búsqueda de los resultados con sus equipos

¿Usted se considera más de gritar para que todo el grupo entienda lo que debe hacer en la cancha, o es más de llamar a uno para que transmita el mensaje?

De llamar, pero también uno analiza, ve que el jugador se está equivocando, entonces decido llamar a alguien en su puesto para que caliente en la periferia de la cancha. Así, podrán ver que si no mejora, le puede tocar salir; a veces con eso los despierto, otras no; entonces tengo que llamarle porque el carro (equipo) no anda.

¿Es más fácil atacar o defender?

Yo siento que es más fácil defender, es difícil crear, y tener gente que le guste el área, que disfrute el gol… no me gusta ponerme de ejemplo, pero a veces me meto en la cancha con los jugadores de delantero, o en el papi fútbol si no hago gol, me voy con bronca. Quiero que el delantero está para hacer gol, si yo no pateo a gol, sino me rebusco, siento como si no hubiese jugado. Trato de transmitir eso.

Lo más difícil es crear, pero tiene que tener ese carácter, esa actitud. Cuando el defensa lo golpea a uno es porque no lo puede parar, pero cuando se la saca limpita, sin despeinarse, ahí me preocupa; porque cuando el defensa te pega sé que lo pueden echar o puede cometer un penal. A mí me gustaba que me golpearan, porque eso me decía que estaba haciendo las cosas bien, y que una buena consecuencia habría en el juego por ello.

¿Cómo les dice a sus jugadores que les pitará un árbitro tarjetero? ¿Cómo les anima a que se calmen, a que se contengan?

Siempre a los jugadores que marcan hay que advertirles sobre los rivales a los que va a enfrentar. Hoy no es como antes, que el jugador investigaba a quién se iba a enfrentar, hoy pasan más con los celulares… no saben quién los va a marcar. Yo estaba preocupado cuando me iba a marcar Fagoaga o la “fiera” Alvarado, sabia que tenía que tocar rápido la pelota, sino me mataban.

También es importante analizar al árbitro. Muchas veces cometemos (los entrenadores) el error de culpar al árbitro, pero no es el árbitro, son los jugadores los que hacen la mayoría de malos arbitrajes. Si sé que el árbitro saca tarjetas fácil no voy a ir a encararlo, a gritarle y menos a insultarle, hay que ser inteligentes.

Rubén Rudecindo Alonso es el actual entrenador del Sonsonate FC

¿Se nutrió los conocimientos y de las prácticas de algún entrenador del fútbol salvadoreño?

Sí, uno de los que más admiro es a Víctor Manuel Pacheco, quien fue mi entrenador en Baygón-ADET, recibí cursos (de entrenador) de él, y me gustaba su metodología de trabajo. Le felicito porque algo de él trato implementar con quienes trabajo. Pacheco era exigente, y eso no es estar puteando todo el tiempo al jugador, tienen que saber que hay un jefe, que soy yo, y que me debo a una directiva, que espera resultados. También aprendí del finado Juan Quartarone, mucho mucho. A nivel internacional me gusta Pep Guardiola, Simeone… de cada uno quiero copiar un poquito, pero a veces las condiciones no se dan para reproducir sus conceptos en nuestro fútbol.

¿Peñarol o Nacional?

Soy un poquito de Nacional, pero siempre me gustaron ambos. Ambos tuvieron una camada de jugadores tremendos en la historia. No soy fanático, pero Nacional siento que un poquito más, esa camiseta blanca la elijo por la calidad de jugadores que en los años sesenta tuvo.

El secreto de un buen asado es:

Disfrutarlo al hacerlo. Hacerlo con amor, cocino como me gusta el fútbol, me gusta la parrilla, y si hay una cerca donde yo voy, me gusta tomar el mando, siempre con respeto. A los uruguayos nos gusta la parrilla, y si las cosas se hacen con amor, eso siempre se va a hacer notar, y en el fútbol no es la excepción.