La historia de goles entre Cristiam Gil Mosquera y su hijo

El veterano goleador comparte pasión y equipo con su hijo Bryan Gil en el Mario Calvo de Segunda División

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Cristian Gil Mosquera y su hijo Bryan en la producción especial para EDH Deportes. / Foto Por Marlon Hernández

Por Roberto Leiva

2017-11-18 10:49:07

Compartir camerino, consejos, vivencias. El privilegio que tienen los Gil de jugar en el mismo equipo profesional no es para cualquiera, pocos en el mundo tuvieron esta dicha. Cristiam, de 38 años, todo un veterano de mil batallas, juega junto a su hijo, Bryan, de 16, en Brujos Mario Calvo de Izalco, Sonsonate, en la Segunda División.

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El Diario de Hoy los citó no solo para que contaran sobre su experiencia como familia; también se les hizo un reto particular, para un duelo futbolístico entre padre e hijo. A los Gil se les vio dispuestos y tranquilos ante la propuesta de medir sus habilidades; cuando entendieron a qué se iban a enfrentar, las carcajadas y las bromas empezaron. Tuvieron diez oportunidades para hacer un gol olímpico desde el córner, y ahí ganó Bryan 3-2. Después, tenían que pegarle al travesaño como en un tiro libre; en eso fue empate de 4-4. Luego, se dispusieron a platicar sobre la experiencia de luchar por un mismo objetivo en Brujos Mario Calvo, que ya está eliminado en Segunda.

¿Hace cuánto juegan juntos para Brujos Mario Calvo? Cristiam: Yo llegué hace un mes y medio al equipo, mi hijo está desde el comienzo del torneo. Gracias a Dios puedo estar con uno de mis hijos (también tiene a Christian David en El Roble), le agradezco al grupo, a la dirigencia. Esta oportunidad es única y quiero aprovecharla.

¿Cómo nació el jugar junto a tu hijo, Bryan Gil? Yo confiaba en Dios para que saliera una chance. A tres o cuatro días para el cierre de las inscripciones, don Carlos, de la dirigencia del equipo, me ayudó a poderme incorporar a Brujos Mario Calvo, y acá estoy, intentando aportar un poco desde mi experiencia. Es algo que no puedo describir fácilmente, la sensación de jugar con mi hijo.

¿Qué recuerdas del primer juego oficial que jugaron juntos, Bryan? Fue un partido que jugamos ante Once Lobos, gracias a Dios yo pude entrar de titular, mi papá entró de cambio, coincidimos casi todo el segundo tiempo. Fue bien chévere poder compartir cancha con él. Es una alegría inmensa, al verlo ingresar, verlo jugar. He aprendido mucho de él, ambos somos delanteros.

¿Se le activa el instinto protector paternal al ver a su hijo pisar el césped? El ser papá no se le puede olvidar a uno nunca, siempre le voy a enseñar. El fútbol es de quienes resisten, él debe pararse bien en la cancha. De momento nadie ha llegado con mala intención a quererlo lesionar, confiamos en Dios que la Segunda División es una liga profesional, y todos quieren demostrar que tienen el nivel y los méritos para jugar en la Primera, por eso espero no lo vayan a lesionar. Yo estoy asombrado con mis dos hijos por todo lo que han evolucionado, y espero siempre tengan los pies en la tierra para que alcances grandes cosas.

Cuente un poco cuando aconseja a su hijo. ¿Adónde lo aprieta más, en los entrenos o en los juegos. Sinceramente en todo momento, siempre le estoy hablando, corrigiendo, para que no caiga en los mismos errores que yo caí. Primero, antes de ser futbolista, es persona, y tiene que portarse como tal. El fútbol da muchas vueltas, hoy está uno arriba, mañana abajo, por eso uno tiene que dejar amigos, o intentarlo, en todos lados.

¿Alguna vez tuviste la oportunidad de jugar con tu padre al fútbol en videojuegos? En el PlayStation, claro que sí. Siempre le gano a mi papá, jugamos con mis hermanos también un momento. Los dos le vamos al Barcelona, así que a veces juega Barcelona contra Barcelona y no sabemos a veces quién es quién (risas).

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¿Qué se siente tener el mismo jefe en cancha y en el hogar? Es una alegría, voy aprendiendo, me da consejos, cómo moverme en la cancha, cómo pararme, cómo comportarme. A hacer amigos a donde vaya. Yo le agradezco a él por todo eso.

¿Hay bulliyng en el equipo porque jugás con tu papá? Siempre hay jodarria, en el grupo casi nadie molesta; en el campo somos compañeros. De momento no me tocó sustituirlo, ni él a mí. La afición de momento no tiene hasta donde sé comentarios negativos o positivos con el tema, parece que es neutral, pero seguro esperan que lo hagamos bien.

¿Ha tenido el impulso de defender a su hijo en cancha? Se lo he dicho a él, de la puerta a la cancha somos compañeros, así como lo puedo defender a él, defenderé al resto de mis compañeros. No hay que demostrar miedo, si le pegan que se pare y siga. En este puesto va a recibir muchas patadas. Mi primer consejo es que sea fuerte, y si le pegan sóbese y párese, esto es fútbol y pa’ delante. No lo mando a que vaya a buscar a nadie, pero yo tengo un dicho, si va a una pelota dividida: “Mejor que llore la mamá del rival y no su madre”.

¿En algún momento es una desventaja en lo mental jugar con su hijo, por la preocupación por su bienestar? No, yo lo miro como la bendición que quería. Ver que un hijo marca la diferencia en el equipo por encima de uno es algo hermoso. Yo estoy contento de poder jugar con mi hijo y de poder jugar contra el mayor, que puedan brillar. Agradecido con Dios, porque esto es algo que muy pocas personas pueden disfrutar en el mundo entero, jugar con su hijo en un equipo profesional.

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¿Cuál, Cristiam, es su referente futbolero, en quién se inspira para poder jugar como delantero? Tuve muchas personas que me gustó su estilo, Ruud Gullit, Patrick Kluivert, Víctor Bonilla en mi país, por encima de Asprilla, del “Tren” Valencia. Yo compartí equipo con Bonilla, y me gustaba su técnica y su manera de jugar, no lo cambio por nada. ¿Y el tuyo, Bryan? Me gusta mucho la manera de aguantar de Luis Suárez, y también Zlatan, por su forma de ser y hacer goles. Como esos dos delanteros.

¿Les cuesta entenderse cuando hacen dupla en la cancha? Bryan: No, no mucho, ya sabemos más o menos cómo movernos y por dónde. Christian: Así es, eso no es problema.

¿Qué opinas de los “piscineros”, Bryan? Los delanteros no tienen que darse ese color, aunque le escupan, para mí que un delantero tiene que aguantar todo lo que le dan, qué se le va a hacer.

¿Y usted, Cristiam Pues ellos se lo han ganado (la fama de piscineros), hay jugadores que no los pueden ni mirar porque ya se van cayendo. No comparto eso. Siempre me identifiqué como un delantero fuerte, para chocar, que tienen que pasar trabajo para botarme. Cuando lo intenté me vi horrible. Muchos árbitros compran el piscinazo, y lo logran; pero yo le digo a mis dos hijos que no lo hagan.

Prueba de disparos entre Byran y Gil Mosquera.

¿Cuál es la mejor cualidad, Cristiam, de su hijo afuera del campo? La humildad.

¿Adentro? Va muy bien arriba, tiene mucha potencia cuando se levanta. Me gusta cómo define, pero le falta, está joven.

Las mismas preguntas para ti, Bryan. Pues la humildad de mi papá, su capacidad para hacer amigos en el fútbol. Y adentro de la cancha, cuando la baja de pecho y le pega (Muchas risas).

¿Quien se queda más retrasado en cancha si juegan juntos? Bryan: ¡Yo, yo! Cristiam: Que corra, él está joven. Él corre y yo pienso. Él está definiendo muy bien, él está haciendo cosas que yo no hice. Mis dos hijos están haciendo las cosas bien gracias a Dios, son una bendición.