No, no es que Ramiro Carballo esté a punto de retirarse; al contrario: Tras el homenaje que se le hizo el sábado anterior antes del partido ante Isidro Metapán, por haber arribado a los 500 partidos en la Primera División, manifestó que tiene energía de sobra para seguir jugando.
En un acto breve y sencillo, las autoridades del equipo univesitario, encabezadas por el rector Mario Roberto Nieto, le hicieron entrega a Ramiro de un reconocimiento especial, por haber cruzado la meta de dicha cantidad de partidos en la Liga Mayor desde que comenzó su trayectoria en las juveniles de Alianza.
“Para mí es una bendición de Dios el haber llegado a dicha cantidad de partidos y el reconocimiento que me han hecho esta tarde es algo que recibo con humildad”, fueron las primeras palabras de Carballo al respecto.
El defensor del equipo escarlata dijo que cuando comenzó a jugar en las categorías inferiores del conjunto albo, nunca imaginó que su paso por el fútbol nacional le llevaría hasta la Primera División y que lo haría por tantos años.
Con el once albo, Carballo ascendió a juvenil, luego a la categoría de reserva y finalmente dio el salto al equipo mayor, con el que obtuvo sus mejores logros, fue campeón nacional y de igual forma lo hizo luego con el Metapán.
“Solo con Alianza recuerdo que hice 243 partidos, tiempo después pasé a San Salvador, luego vino una etapa con Chalatenango y ahora que estoy con la Universidad, creo que ha sido hasta el presente una trayectoria muy interesante porque, aunque he tenido lesiones, he podido seguir jugando”, dijo.
Agregó que en un deporte de mucho contacto físico, como el fútbol, el riesgo de las lesiones está siempre presente, pero agradeció a Dios, que ha sido generoso con él, porque, cuando ha estado fuera de las canchas por algún golpe recibido, su recuperación ha sido satisfactoria.
Con su familia
Durante el acto que se le hiciera y durante el partido, que lastimosamente perdieron ante Isidro Metapán, Carballo estuvo acompañado de su esposa Iris, su hijo Christopher y una bebita que ya viene en camino. Pero además estuvo presente su progenitor, don Ovidio Carballo.
Todos, junto a la afición ahí presente, le ovacionaron por este logro y le motivaron a continuar jugando hasta que sus fuerzas se lo permitan.
“Agradezco a mi familia el que haya estado presente, para mí ha sido algo muy especial, pues su respaldo a lo largo de toda mi carrera ha significado mucho”, reflexionó.
Solo hubo algo, según lo comentó el propio jugador, que opacó la jornada, y es que no pudo celebrar con un triunfo. “Me hubiese gustado mucho terminar esta noche con un triunfo, hubiese sido para mí y mi familia una alegría aún mayor, pero el fútbol es así, no siempre se puede ganar”, se lamentó.
Con 35 años sobre sus espaldas, Carballo asegura que se siente con las condiciones físicas y de salud para seguir jugando un tiempo más. Y confía en lograr otro título.
“Amo el fútbol, un deporte que me ha regalado tantas experiencias interesantes, pero yo todavía no me retiro. Deseo seguir jugando unos años más, no sé cuantos, pueden ser dos o tres, quizás más, yo lo dejo en manos de Dios, que me siga dando las fuerzas suficientes para continuar en las canchas”, sostuvo.