Cuando en la consulta el gastroenterólogo sugiere realizar una endoscopía, muchas personas muestran algún temor ante dicha prueba que, a pesar de ser bastante común y segura, aún está rodeada de mitos y desinformación.
Para aclarar dudas, lo primero que debes saber es que este es un procedimiento que le permite al médico ver el revestimiento interno de tu tracto digestivo.
Para esto el cirujano inserta por alguna abertura del cuerpo, como la boca, un endoscopio. Este consta de un tubo de fibra óptica flexible que incorpora una pequeña cámara en el extremo, la cual va proyectando las imágenes en una pantalla.
Una de sus ventajas es que el médico puede examinar visualmente un órgano sin tener que hacer una incisión en el paciente.
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De acuerdo con el sitio healthline.com, este examen se usa generalmente para ayudar al médico a determinar la causa de cualquier síntoma anormal que un paciente está teniendo; para retirar una pequeña muestra de tejido, que luego puede enviarse a un laboratorio para su análisis; así como para ver dentro del cuerpo durante un procedimiento quirúrgico, como reparar una úlcera de estómago o eliminar cálculos biliares o tumores.
Los tipos
Según la parte del tracto digestivo que el médico desee inspeccionar, la endoscopía cambia de nombre. Para el caso, está la endoscopía superior, que de acuerdo con el doctor Melvin Linares, de Gastroclínica Escalón, es una de las más comunes y tiene como objetivo examinar el esófago, el estómago y la primera porción del intestino delgado.
Otra es la colonoscopía o endoscopía inferior. Este procedimiento, según emedicinehealth.com, permite que el médico vea úlceras, inflamación del revestimiento mucoso del intestino, crecimientos anormales y sangrado en el colon o el intestino grueso.
La diferencia de esta se encuentra en las características del equipo con que se realiza. Obviamente el tamaño del colon, que es la parte que se evalúa, es más largo, más grueso y mucho más complejo.
Al final el objetivo es el mismo: “explorar las porciones del colon, la mucosa y establecer las patologías que pueden existir a ese nivel”, indicó el doctor Linares.
Foto Shutterstock.
Una tercera herramienta es la enteroscopía, que le permite al especialista ver la porción media del intestino delgado.
Este procedimiento puede usarse “cuando en una persona se identifican signos de alarma, como sangrado de tubo digestivo, que puede provocar vómitos con sangre. También en casos de plenitud temprana, esto es cuando una persona manifiesta que se llena de forma temprana al comer; cuando hay disfagia o sensación de atoramiento de los alimentos, ante una pérdida de peso, ardor o dolor”, puntualizó Linares.
El profesional agregó que la misma endoscopía se puede clasificar en diagnóstica y terapéutica. La primera es para establecer el diagnóstico y la segunda es para aplicar un tratamiento, inyectar medicamento o también hacer biopsias.
Cómo prepararte
Del tipo de estudio que vayas a realizarte dependerá la preparación previa al mismo.
Para el caso de la endoscopía superior “consiste en un ayuno de ocho a 12 horas. Lo que se necesita es un estómago vacío, que no haya líquido ni alimentos. Esto es porque se hará una revisión, pero también porque si hubiera comida esta podría regresarse”, detalló el doctor Linares.
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Si se trata de una colonoscopía, el recto y colon deben estar libres de toda materia fecal, ya que una pequeña cantidad de heces puede reducir la confiabilidad de la prueba. Por lo mismo healthline.com explica que se te podría indicar el uso de laxantes o enemas la noche previa, para limpiar el sistema.
En todo caso, el médico te explicará todo lo relacionado con el procedimiento, incluida la posibilidad de una biopsia y riesgos tales como la necesidad de extirpar pólipos u otros procedimientos quirúrgicos.
La mayoría de las endoscopías se realizan con sedación consciente, lo que significa que los pacientes están dormidos y no sienten nada.
“El estudio puede durar entre cinco y ocho minutos, dependiendo de la complejidad del caso. Si es terapéutico puede tardar más tiempo”, manifestó Linares.
¿Puede haber dificultades?
“Todo procedimiento puede tener complicaciones, pero hay que decir que es un estudio sumamente seguro. De hecho, las complicaciones andan por debajo del 0.05 por ciento, es decir muy bajo”, aseguró el doctor Melvin Linares.
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El profesional señaló que los inconvenientes pueden estar relacionados principalmente con la sedación. Del estudio como tal, las complicaciones que se han descrito son, por ejemplo, perforaciones, sangrados en el paso del equipo y también regurgitaciones o neumonías aspirativas.
“Por eso se trata de tomar todas las medidas necesarias antes, para evitar complicaciones que son muy poco frecuentes y pueden verse más en las endoscopías terapéuticas que en los estudios de diagnóstico”, concluyó el galeno.
Otras indicaciones
– No hay contraindicaciones en cuanto a comer, lo único es que se debe esperar a que haya pasado por completo el efecto de la anestesia. Eso sí, los expertos sugieren que al menos el mismo día del estudio la alimentación sea suave.
– Por el mismo hecho de la sedación es preciso que el paciente acuda con un acompañante. Según el doctor Linares esto es porque dado que el paciente está dormido, es el acompañante el que recibe las explicaciones acerca de la evaluación y lo que pueda encontrarse en el momento.
– Los resultados del examen son inmediatos, a menos que se tome alguna biopsia que deba ser enviada al patólogo o se haga otro análisis para el que se necesite tiempo extra.
– Este examen puede realizarse a manera de prevención, dependiendo de los antecedentes familiares. Puede hacerse a personas de cualquier edad, y es muy importante que sea practicado por un profesional calificado.