Comer bien sin gastar de más es posible

La alimentación es un gasto primordial en la economía familiar, pero una buena gestión puede repercutir favorablemente en el presupuesto destinado para ello.

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elsalvador.com

Por Mireya Amaya

2018-02-17 6:15:00

Para sobrevivir a las dificultades económicas a menudo es necesario hacer algunos ajustes en el presupuesto de un hogar. Sin embargo, de acuerdo con una publicación de efe.com, economizar en alimentación no debe suponer reducir el estándar de calidad sensorial y nutricional.

Para ello, una de las recomendaciones básicas es planificar la alimentación semanal. Esto es importante porque permite saber qué alimentos se necesitan a la hora de hacer la compra.

“Cuando no se planifica se suele recurrir a la improvisación, corriendo el riesgo de aumentar el consumo de alimentos precocinados y comida monótonas. En definitiva, alimentos que promueven hábitos alimentarios poco saludables”, indica efesalud.com.

Claves

Otra buena práctica es comprar frutas, verduras y hortalizas de temporada, ya que además de ser más baratas, están en su mejor momento por su sabor y su aporte nutricional.

Las frutas y verduras fuera de temporada, además de ser más caras, son menos respetuosas con el medio ambiente, porque se producen a miles de kilómetros de donde se consumen o sus métodos de producción requieren de más gasto de energía.

Saca el máximo rendimiento a los alimentos que tienes en la despensa. Revisa las fechas de consumo preferente y caducidad. Conserva los alimentos según sus propiedades, en especial frescos.

Aunque puede llevar un poco más de tiempo, merece la pena comprobar los precios de los alimentos básicos en distintos establecimientos. Por ejemplo, leche, agua, huevos, pan, aceite, algunas bebidas, etc… Suelen ser “alimentos gancho” con precios bajos en algunos supermercados pero que no lo aplican a otros productos que finalmente también compramos (como las frutas, pescados, carnes, etc).

También es importante no dejarse llevar por los “tamaños familiares”, advierte Laura González. A veces la cantidad es mayor de lo que realmente se termina consumiendo en los hogares o las fechas de consumo están próximas.

Es importante también comparar los precios en relación con el peso. A veces el volumen del paquete puede dar a entender que hay más producto del que realmente contienen.

Cocina para varios días los platos que permitan ser congelados o refrigerados, como legumbres. Además de tiempo de cocinados, se ahorrará en la factura de la luz y el gas.

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Aprovecha los sobrantes

Si has cocinado de más, aparta lo que reste antes de servirlo y guárdalo en la nevera en recipientes aptos para su consumo alimentario no más de cuatro días.

Si optas por congelarlo, hazlo en recipientes adecuados y por raciones. Siempre se deben extremar las medidas de higiene durante el preparado y cocción pero especialmente cuando se esté cocinando para varios días o se haya cocinado de más.

Si sobra algo de carne asada o en salsa, se puede volver a usar en guisos de legumbres, sopas, pasteles de carne, salsa para pasta, rellenos para croquetas, albóndigas, canelones…

Si se han cocinado verduras y han sobrado, se pueden aprovechar para salteados, salsas, sopas, purés, cremas o añadir a legumbres cocidas.

Si se han cortado frutas para un postre y ha fallado algún invitado, puedes tomarlas al día siguiente o hacer batidos, zumos o compotas. Las sobras de pescado y de marisco también se pueden utilizar pero preferiblemente lo antes posible, no dejando pasar más de uno o dos días.

Recalentados seguros

El crecimiento microbiano se mantiene durante la refrigeración aunque a un ritmo más lento que a temperatura ambiente. Por eso, es importante que cuando se recalienta el alimento cocinado se lleven a ebullición los líquidos y se mantenga durante unos minutos y se asegure de que todo el alimento sólido alcance la temperatura máxima.

De este modo, aseguraremos la eliminación de gran parte de los microorganismos.

Si el alimento está en refrigeración, recalienta solo la cantidad de alimento que vas a consumir; no la totalidad de él.
Si el alimento está congelado, descongela en la nevera la noche anterior y consúmelo al día siguiente.

Otra opción sería el microondas, pero en este caso es preferible haber congelado en recipiente de cristal y por raciones exactas.