Cuidar la salud de los hijos es una de las prioridades de todo padre de familia, sobre todo cuando la temperatura corporal de los pequeños aumenta drásticamente, o en otros casos, disminuye.
Despertarse a media noche sin saber qué hacer para calmar los otros síntomas que acompañan una fiebre o calentura, significan un verdadero reto y a veces es más complicado de lo que parece.
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En esos contextos se ponen a prueba los consejos de la abuela, lo que recomiendan los sitios web y hasta la propia fe, sin obtener resultados positivos.
Para saber qué hacer y qué no, conversamos con el pediatra Jorge Alberto Sanabria, quien en primera instancia explica que si la calentura es recurrente podría deberse a varias razones, entre ellas que el tratamiento para una enfermedad que se está tratando no está teniendo efecto o tal vez existe una infección no considerada, e incluso el paciente adolece alguna inmunopresión que no permite que los medicamentos surtan efecto.
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La temperatura corporal normal de tu pequeño debe ser de 36° grados hasta 37°. Un par de números más arriba, es sinónimo de una calentura.
Para que comprendas más el tema de la fiebre, sus síntomas, cómo diagnosticarla y qué hacer y no hacer, te invitamos a que leas esta infografía que explica detalladamente esos puntos.
Síndrome de la fiebre periódica
Se trata de una enfermedad que consiste en un aumento de temperatura corporal, que usualmente no ocasiona daño alguno. De hecho puede tratarse de un mecanismo protector que ayuda al cuerpo a deshacerse de bacterias, virus u otras infecciones.
Este síndrome se caracteriza porque aparece la calentura de forma repentina y dura algunos días, luego desparece sola.
Los niños que la padecen presentan irritación en la garganta e hinchazón en las glándulas en el cuello. Por lo general aparece en los primeros cinco años del vida.