7 peligros cuando dejas de comer grasa

A pesar de que las grasas hayan sido demonizadas siempre, son un componente nutricional que no debes excluir de tu dieta. Hacerlo puede poner en peligro tu salud.

descripción de la imagen
elsalvador.com

Por elsalvador.com

2017-02-02 6:50:00

 

Si no consumimos suficiente grasa podemos tener dificultades para adelgazar y perder grasa abdominal, sí aunque te parezca ilógico. Pero esos no son los efectos más graves de una deficiencia de grasa, también puede ser nocivo para el rendimiento físico y mental.

Así que si creías que renunciar a la grasa era la clave exitosa para bajar de peso, aquí tienes once datos, basados en información científica que te demostrarán lo contrario.


Lee también: 10 mitos de la alimentación saludable en los que debes dejar de creer


1 Te sientes más hambriento
Si no consumes suficiente de determinado macronutriente, terminarás buscando las calorías en otro lugar. Por lo general, aquellas personas que no comen la cantidad recomendada de grasas lo compensan aumentando su consumo de carbohidratos refinados. Según un estudio del American Journal of Clinical Nutrition la grasa provoca que la absorción de alimentos sea más lenta. De esta manera, nos ayuda a permanecer saciados por más tiempo y evita que comamos en exceso.

 

 

2  Deficiencia de vitaminas
Las vitaminas A, D, E y K se absorben con grasa. Esto significa que solo son asimiladas una vez que se disuelven en grasa. Luego de que se distribuyen en el cuerpo, las vitaminas se almacenan en el hígado y el tejido graso para usarse a largo plazo. Pero cuando el consumo de grasas es insuficiente, la absorción no puede realizarse y el nivel de dichas vitaminas en el cuerpo es bajo.


Te puede interesar: Esta dieta de los huevos cocidos puede ayudarte a perder hasta 10 kilos en 14 días


3. No proteges a tu corazón
Un estudio realizado por el New England Journal of Medicine comprobó que una dieta mediterránea con un consumo moderado de grasas tiene mayores beneficios para la salud del corazón y del sistema nervioso que una dieta con un consumo bajo o nulo de grasas. Las grasas monoinsaturadas aumentan los niveles de colesterol “bueno” en el cuerpo y reducen el riesgo de sufrir cardiopatías.

4. Aumentas el riesgo de sufrir cáncer
Muchas personas consideran que las dietas “bajas en grasas” son las más efectivas para adelgazar. No obstante, muchos alimentos procesados que prometen ser bajos en su contenido de grasa contienen muchos aditivos artificiales para reforzar su sabor. Estos productos son muy nocivos para la salud y un estudio reciente de la Universidad de Georgia demostró que pueden incluso ser una causa de cáncer de colon.


Además: Esto sucede con tu cuerpo cuando incluyes semillas de chía en tu alimentación


5. Descuidas tu salud mental
Muchos estudios en neurología han comprobado que una dieta mediterránea que incluye grasas saludables tales como el aceite de oliva, nueces y pescado pueden ayudar a preservar mejor la memoria y reducir el riesgo de enfermedades cognitivas. Además, la grasa actúa como principal componente de las membranas de las neuronas y de la mielina, una capa que recubre los nervios y permite que se realice la sinapsis.

 

 

6. Aspecto desmejorado
Las grasas monoinsaturadas y poliinsaturadas son muy beneficiosas para la piel, ya que las vitaminas E y K son las responsables de hidratar y proteger la piel, y sin un consumo suficiente de grasa es imposible absorberlas. Y la deficiencia de omega-3 puede conducir a una inflamación de la piel, así como también aumentar el riesgo de acné y otras condiciones dermatológicas.

7. ¿Y el período?
Las hormonas son las responsables de regular casi todas las funciones del cuerpo, y cuando no hay un consumo suficiente de grasa, estas pueden descontrolarse. Como consecuencia, en las mujeres puede desaparecer el período, ya que no se producen suficientes hormonas sexuales como consecuencia del bajo porcentaje de grasa corporal.

 

Las grasas son totalmente necesarias para el adecuado funcionamiento de nuestro organismo y que jamás podemos privarnos de ellas (salvo excepciones donde exista una condición de salud específica). No hay por qué temerles, atrás quedó el mito de que para adelgazar necesitábamos eliminarlas de nuestra vida ¡todo lo contrario!

Con información de Vix.com