Antiestéticos, raros, pero sensuales y a la vez feos, los thong heels se resisten a desaparecer. En nuestros días no dejan de ser fabricados porque algunas mujeres todavía los buscan en las zapaterías.
Kim Kardashian West es la celebridad que recientemente mostró las que podrían ser las sandalias más sexis del mundo. Para la ocasión buscó un atuendo ceñido y salió a las calles de Los Ángeles. Las sandalias color camello con un tacón de aguja fueron una sensación.
Tales ugly shoes estuvieron de moda en los años 90. Pero cuando Vogue los mostró en su portada en 1998 cobraron más popularidad. Aquellos eran los thong heels del diseñador Richard Tyler y se leía en la página la descripción: “total exposure sandals”.
El año siguiente (enero de 1999) Gisele Bündchen los usó un par de color negro, obra del diseñador Manolo Blahnik que fue etiquetado como “el calzado más importante.
Dos décadas más tardes los thong heels tuvieron el mismo impacto seductivo y que reflejaba confianza en sí misma para toda mujer que los usaba. Claro, el pie queda desnudo en un zapato que a penas lo sostiene. Por eso requiere que los pies estén limpios y bien cuidados porque no hay nada que los oculte. No por nada la traducción al español de thonge es tanga, de ahí la referencia que se trata de algo que hacer arder.