En un colegio del occidente de El Salvador hay un talento. Su rostro refleja un caudal de ilusiones. Su inquieta mirada dice mucho y calla poco. Busca inferir en su mundo de aulas, pupitres y pizarrones, pero sobre todo en sus compañeros de estudio para eliminar las barreras del lenguaje.
Bajo su criterio ella ha construido una idea: cree que la tecnología hace la diferencia entre escuchas y sordos. Y a sus 15 años sorprende con su ingenio, carisma y creatividad. Es Loyda Alas, la “geek” de la que todos hablan en Sonsonate. Y con razón.
“Soy tan feliz que a veces dudo de que esto sea real”, dice, reflexiva, la creadora de “Manitas 1.0”, la aplicación salvadoreña del sistema operativo Android que permite entablar una comunicación entre personas con imposibilidad auditiva y oyentes; además de enseñar la base del lenguaje a señas que se usa en el país.
Un proyecto de esta naturaleza se inspiró en una circunstancia cotidiana en la vida académica de Loyda y de su entorno. En el colegio al que ella asiste desde hace varios años se desarrolla una sistema de educación en el que también conviven niños y adolescentes sordos. Para muchos docentes y estudiantes esto creaba una brecha para impartir las clases, por lo que la primera decisión que tomó la institución fue comenzar con un sistema de intérpretes que “replicaba” las clases para unificar el ritmo de aprendizaje.
Luego la visión de Loyda hizo que el mundo de la informática móvil le diera un impulso a su idea de comunicarse con el apoyo de una herramienta inteligente. En junio del año pasado la Fundación Salvadoreña para el Desarrollo Económico y Social (Fusades) lanzó un concurso de aplicaciones para innovar y estimular nuevas tendencias en el desarrollo de software. Nelson Navarro, el profesor de informática del colegio Bautista, visualizó la oportunidad de migrar la idea de la escuela de talentos a las grandes ligas.
El detalle es que en el certamen iba dirigido a estudiantes universitarios. Pero la idea era tan pragmática y novedosa que los organizadores decidieron abrir un espacio a la más pequeña de las emprendedoras que terminaría conquistando la cima. Porque ser segunda, para Loyda, fue todo.
“Conocer el talento de mi hija fue una sorpresa para toda la familia y nos permite poder decidir con ella lo mejor para su futuro”, recordó Roxana Castaneda, madre de Loyda, la mayor de dos hermanos que desea ser médico pediatra y crear dispositivos tecnológicos para ayudar a la salud.
La aplicación, cuyo nombre clave es Lessa Móvil (Lenguaje de Señas Salvadoreño), es básicamente un teclado virtual que muestra cada uno de los gestos que se deben de realizar para comunicarse con personas sordas.
Esta App también permite la conjugación de letras y así dar origen a palabras, permitiendo la lectura de forma ascendente o descendente.
“Lo que garantiza la aplicación es que cualquier usuario, incluso con bajos conocimientos de informática pueda interactuar con alguien sordo de forma intuitiva”, explicó Navarro.
El reto es perfeccionar
Por delante Loyda tiene mucha proyecciones. A corto plazo el primer objetivo es colocar la aplicación en Google Play, ya que por el momento solo está disponible en su blog lessamovil.blogspot.com
Por otra parte ,el desafío para continuar es migrar la plataforma a otros sistemas, sobre todo Android y Windows Mobile. Pero para lograr estos objetivos, Loyda y su tutor necesitan comenzar a encontrar un enfoque comercialización de la aplicación, sobre todo para cumplir los estándares con los que los gigantes tecnológicos manejan sus tiendas.
“Mi deseo es que la segunda versión de la aplicación incluya un personaje animado, gestos universales de palabras estándar y se puedan volver más predecible el ingreso de texto, así como cuando se realizan las búsquedas de Google”, puntualizó Loyda, denotando un gran manejo técnico de la informática y la programación.
La herramienta fue diseñada en el entorno de programación libre App Inventor, centrado en móviles y tablets Android, el sistema operativo del presente y del futuro, el cual Loyda ya vive.