El salvadoreño que convierte la basura en arte

Simón Vega es un artista salvadoreño que exhibe algunas de sus obras en Bélgica. Conoce más

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elsalvador.com

Por Sara Castro

2016-09-14 6:30:00

Cuando viaja lleva maletas cargadas de “basura”, material clave para crear su obra de “escultura-monumental e interactiva” que exhibe fuera de El Salvador.

Esas incómodas preguntas que hacen los agentes de migración en los aeropuertos de: “¿por qué llevas esto en tu equipaje?” o “¿qué es esto?”, quizá ya no sean tan recurrentes como al inicio de sus proyectos porque ya se “siente ducho en el tema de aduanas”.   

Simón Vega es un artista contemporáneo, de 44 años. Lleva más de una década utilizando desechos para construir sus cápsulas espaciales y naves, piezas de arte que expone en diferentes bienales, museos y galerías a nivel internacional.

Su cápsula “Génesis Duplex Chanty”, que forma parte de la serie Tropical Space Proyectos, es la que viajó hasta la ciudad de Saint Niklaas, en Bélgica para la exposición de arte Coup de Ville, que se inauguró el pasado 9 de septiembre.

“Llegué (a Bélgica) de una manera oblicua. Tengo un amigo surfeador y me dijo que su primo venía, y su primo es director de un museo de arte, cerca de Bruselas. Él quería conocer a algunos artistas, entonces nos presentamos (…) Fue una gestión alargada pero que ya había tenido algunas conexiones con otros espacios de arte en Europa”.

Vega se abrió un lugar en círculos selectos gracias a su exquisito talento, el que sabía que tenía desde pequeño y que comenzó a perfeccionar en 1994 cuando estudió Bellas Artes, en México, y luego Arte Contemporáneo, en la Universidad Complutense de Madrid, España. 

Estados Unidos, Portugal, España, México, bienales en Cuba (2006), Viena (2011) y Venecia (2013) han albergado su obra “dual”, como la definió la curadora Claire Breukel. 

Y es que este artista mezcla la “arquitectura marginal” del país -elaborada con elementos desechados- con la “alta tecnología” de las naves, basadas en las operaciones de la carrera armamentista que Rusia y Estados Unidos implementaron durante la década de los sesenta y que, por consiguiente, influyeron en la guerra fría y los efectos de esta, en las guerras civiles de la región centroamericana.

Sentado en un banco de madera, dentro de su estudio, Vega explicó que su “trabajo, muy relacionado con las champas, siempre se vería mejor afuera, donde no estuviera rodeado de esa realidad”. A pesar de mostrar rasgos de esa marginalidad y de la idiosincracia de El Salvador, Vega sabe que su arte no es para las masas si no que, “se nutre de él”. 

“Definitivamente a mi me interesa un ámbito del arte muy elitista. No lo voy a negar. No voy a decir que mi arte es para las masas y para salvar al mundo. No creo en eso (…) Lo cierto es que tenemos que pagar cuentas, recibos de Anda, de telefonía y todo eso. Al fin y al cabo tu objetivo como artista es vender para porder vivir”, aseveró.

Pero este artista, ilustrador y surfista señaló que su objetivo no es remarcar la pobreza sino evidenciar “la capacidad de supervivencia y humor que tiene el salvadoreño”.