Hay noches y madrugadas que se perciben eternas. Preocupaciones, nervios, estrés, ansiedad, malos hábitos alimenticios y un sinfín de etcéteras contribuyen a que la conciliación del sueño sea todo un infortunio.
El descanso es fundamental para restaurar y energizar el cuerpo. Cuando este no ha podido reposar lo suficiente a raíz del insomnio los resultados son negativos: depresión, dificultad para concentrarse, cansancio, irritabilidad, accidentes laborales o de tráfico, somnolencia diurna y cansancio constante.
Para evitar mil vueltas en la cama, contemplar el techo por horas y hasta llegar al extremo de contar números todo la madrugada, expertos apuestan por la práctica de yoga.
Algunas posturas de esta disciplina física y mental podrían minimizar -y hasta erradicar- el insomnio. De acuerdo con instructoras del centro Yogashala, a través del yoga se“mejora nuestra calidad de vida pero, sobre todo, se logra un control sobre nuestro propio cuerpo y sobre nuestras emociones”.
A partir de esta máxima, quienes tienen desórdenes de sueño encuentran un camino para sobrellevar de mejor manera problemas que irrumpen su descanso.
“El yoga reduce considerablemente los síntomas de esa ansiedad y con su práctica podemos encontrar el sosiego que necesitamos para dormir. Además, practicar yoga ayuda a eliminar la tensión muscular, fundamental si queremos mantener nuestra calidad del sueño”, indicaron las instructoras de Yogashala.
Si en algún momento ha padecido de insomnio o tiene un problema crónico con esta condición, es recomendable que tome en cuenta incluir el yoga a su vida para restablecer su energía, vitalidad y fuerza para enfrentarla.
Para aprender estas posturas puede acercarse a “Yoga para todos”, actividad que se realiza todos los sábados últimos de mes en el Parque Bicentenario o puede tomar clases en el centro Yogashala.
Posturas:
Piernas sobre la pared (viparita karani): Esta simple postura, realizada con la ayuda de una pared, es excelente para relajarse por la noche y para el alivio del estrés. Los expertos recomiendan mantenerse en la postura al menos durante cinco minutos. Cuando subimos las piernas, la sangre puede correr de nuevo hacia el corazón. Entre sus beneficios están: el alivio del cansancio de los pies y de las piernas, estira la parte posterior de las piernas, la parte anterior del tronco y el cuello, alivia molestias de la espalda y calma la mente.
Postura del bebé feliz (ananda balasana): Dentro de las posturas que se practican en una clase de yoga hay algunas que están especialmente orientadas para combatir el insomnio. Ese es el caso de la postura del “bebé feliz”, que se realiza tumbada de espaldas y subiendo las piernas hasta que puedas tocar los pies. Esta postura relaja la zona lumbar, las caderas y los muslos internos, como resultado se reduce el ritmo cardiaco, el estrés y calma la mente, por lo que te encuentras en una situación óptima para dormir placenteramente.
Postura del cadáver (savasana): Otra de las posturas que más favorecen el sueño es la “postura del cadáver”, aunque requiere unas semanas de práctica. Esta posición combina la relajación y la meditación. Se realiza tumbada en el suelo como un cuerpo muerto. Poco a poco tienes que intentar ir relajando cada parte de tu cuerpo.