Esculturas del salvadoreño Karlos Cárcamo se exhiben en Nueva York

The Rockland Center for the Arts ha incluido tres esculturas de discos de vinil creadas por el artista salvadoreño, quien se ha abierto brecha en la capital artística del mundo

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elsalvador.com

Por Carmen Molina Tamacas

2016-02-17 9:43:00

En 2009, Karlos Cárcamo viajó por primera vez a El Salvador, 36 años después que toda su familia emigró a Estados Unidos. Criado y educado en Queens, Nueva York, ha abierto brecha en el asombroso pero también competitivo mundo del arte.

Ese viaje fue para participar en la exposición colectiva “Zona de Trueque“, en el Museo de Arte (Marte), con una escultura elaborada con discos de vinil llamada “A Concrete Movement“ (Un movimiento concreto). Los discos fueron doblados en un ángulo de 90 grados y pegados para crear planos múltiples. La obra, asentada en un bloque de concreto que fue tomado del estacionamiento del Museo, hace referencia a los trabajos de la artista brasileña Lygia Clark, quien a mediados de los años 60 creó una serie de esculturas circulares denominada “Bichos”, usando estaño y bisagras, las cuales podían ser tocadas y manipuladas por el público.

Estas versiones de Cárcamo, en esencia, son ilustraciones literales equivalentes a cómo los DJ componen y manipulan la música. “Yo aplico un proceso físico y conceptual transformando discos de vinil reales en esculturas nuevas. En esta forma, mi trabajo es un homenaje a mis raíces urbanas pero también aluden a otro elemento importante del género. (…) Clark vio su trabajo como una forma de escultura social en la misma forma en como yo veo cómo los DJ manipulan el sonido como una forma de escultura social”, declaró.

Con ayuda de amigos artistas, se aventuró a ir al centro de San Salvador a buscar más materiales; fue así como encontró una tienda de segunda mano y compró varios discos de vinil, con los cuales creó la serie. Una de las obras fue adquirida por El Museo del Barrio, ubicado en el Alto Manhattan, y otras tres han sido seleccionadas para formar parte de la exhibición “Beautiful Nonsense”, inaugurada el pasado sábado 13 de febrero en The Rockland Center for the Arts, en West Nyack, al norte de la ciudad de Nueva York.

Se trata de “A Concrete Movement (Apache)” y “A Concrete Movement (Jungle Groove)”, ambas de 2011, y “A Concrete Movement #2 (Epic)”, de la serie original de 2009.

El artista salvadoreño Karlos Cárcamo posa con una escultura de su serie “A Concrete Movement”, exhibida en la muestra “Beautiful Nonsense”. Foto: CMTamacas

La muestra fue curada por Norm Magnusson y se divide en obras que representan tanto lo urbano como lo rural; una reseña publicada en la revista especializada en artes Cronograma, la describe como divertida. “Las obras de arte funcionan de la forma en que lo hace una broma: la configuración y luego el remate. Hay una afinidad de travesuras, como las que se anuncian en los cómics en la década de 1960: la goma de mascar, timbres con corriente, cojines sonoros. Estas piezas llegan al corazón de la pregunta: “¿Qué es el arte? ” La respuesta: el arte es un tenedor con el que no se puede comer”.

Lo absurdo de algunos objetos, añade la reseña, evoca al movimiento artístico Dadaísta (Suiza, 1917), pero actualizado. Partiendo de que los artistas incluidos en la exhibición residen en el Valle del río Hudson pero también de países como España, Inglaterra, Grecia, Brasil y Alemania, entre otros, “el Absurdismo se revela como un lenguaje universal”.

En la muestra también han sido incluidas obras de la esposa de Cárcamo, la artista Eleanor White. Ella presenta un par de guantes color rosado y un traje de hombre en los que ha usado materiales como alfileres.

Al respecto, White explicó: “Las esculturas de pin son algo que vuelvo una y otra vez porque me siento atraída por la dualidad del objeto. Estas piezas son, en efecto afiladas, pero tienen una suavidad peluda también. Se podría ver como moderna armadura o los alfileres podrían ser un halo de energía plateado brillante”.

El arte en sus manos 

Cárcamo estudió en la Escuela de Artes Visuales y en el Hunter College, ambos de Nueva York.

Desde 2007 trabaja en el Departamento de Enmarcado del Museo de Arte Moderno (MoMA), allí, literalmente, todo el arte pasa por sus manos. Se encarga de verificar las condiciones de los marcos de las piezas que van a ser exhibidas y, en caso de que sea necesario, construir nuevas y realizar labores de conservación.

Al preguntarle las sensaciones que despierta poder contemplar una obra “desnuda”, es decir, sin marcos y vidrios, recordó cuando tuvo la oportunidad de trabajar con “La Persistencia de la Memoria” (1931), uno de los cuadros más famosos de Salvador Dalí.

“Pensar que uno ha crecido viendo esa pintura en libros, que la ha estudiado, y luego verla, tenerla en las manos, tan pequeña, es sobrecogedor”, declaró.

El artista salvadoreño Karlos Cárcamo posa frente a una selección de cuadros del uruguayo Joaquín Torres García, en el Museo de Arte Moderno de Nueva York (MoMA). Foto: CMTamacas

Su trabajo ha sido expuesto en los museos de Brooklyn, Queens, El Bronx, El Barrio y galerías como Cuchifritos + Project Space, White Box y Artists Space, en Nueva York. En 2009 fue premiado con una residencia en el Lower Eastside Printshop y es representado por la Galería Hionas de Nueva York.

Además de “Beautiful Nonsense”, las más recientes exposiciones donde su trabajo ha sido seleccionado son “Txt: Art, Language, New Media”, en Sugarhill Childrens Museum, de Nueva York, y la muestra itinerante “Y.ES  Salvadoran Contemporary”, Galerie Ernst Hilger BROTKunsthalle, Wien, Austria.