Aprende a conocer tus pies

Si eres corredor es posible que a la hora  de comprar tus zapatos te hayan preguntado si eres pronador o supinador. En caso de que no lo sepas, aquí te decimos en qué consiste cada uno de esos términos.

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elsalvador.com

Por Mireya Amaya

2016-02-21 12:00:00

Una actividad que ha cobrado popularidad en los últimos tiempos es la carrera o ‘running’, de hecho existen muchos grupos que realizan esta actividad en muchas ciudades y cuentan con un gran número de participantes.

De ahí que a la hora de adquirir tu calzado es posible que te pregunten si tienes pie pronado, supinado o normal. Esto es porque existen marcas que han desarrollado productos especiales para los diferentes tipos de pie. ¿Pero sabes que significa eso?

De acuerdo con el médico fisiatra Hugo Cordero, de Funter Merliot, “un pie pronado es un pie caído, que está hacia abajo. Es decir plano. Por su parte, el supinado es el que tiene más apoyo en el lado externo del pie y por lo general tiene un aumento en el arco”.

Es de hacer notar que el tener uno u otro tipo depende de la herencia, se trata de una condición genética con la que ya nacemos. Sin embargo el experto explica que también existen algunas enfermedades neurológicas que pueden degenerar el pie.

¿Se puede corregir?
La pronación y supinación se presentan en grados que pueden ir del uno al cuatro, y de ello depende el tipo de tratamiento que se debe emplear. “ Los primeros dos pueden ser corregidos con plantillas o calzado. Los tres y cuatro no se corrigen por lo que se puede necesitar cirugía, siempre y cuando sea un pie doloroso. En caso contrario no se indica”, señala el doctor Cordero.

En los últimos tiempos la tendencia es el uso de plantillas porque es más cómodo y el efecto es similar al producido por el calzado ortopédico.
Debes saber, sin embargo, que esta condición solo se corrige en la infancia (de preferencia a los tres años) de manera que si has llegado a la vida adulta y nunca recibiste tratamiento es imposible una solución definitiva.

“En el caso de los adultos que nunca recibieron tratamiento, las plantillas son de comodidad más que de corrección. Es para que las personas tengan arco en el pie plano, por ejemplo, pero una vez las retiran este vuelve a caer”, apunta Cordero. Estas se usan en los zapatos de uso diario.

Lo positivo es que si se presenta dolor, con el uso de plantillas puede desaparecer. Eso sí, deben ser indicadas y creadas según las necesidades particulares de cada persona. Es decir que no son estandarizadas.

Estas se deben usar de por vida, pero como se vencen por el peso de la persona es necesario renovarlas cada cierto tiempo.