Ritmos diversos, un solo corazón musical

Desde la música cristiana, pasando por la quebradita y cumbia hasta interpretar música sinfonica, la familia Rosales está marcada por la pluralidad de géneros. 

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elsalvador.com

Por Sara Castro

2015-12-19 7:30:00

La familia Rosales lleva el talento musical en las venas. Padre, tíos, hermanos y primos se unieron para emprender un proyecto artístico heterogéneo: desde lo sinfónico hasta el género norteño. 

Variado, sí. Fue la necesidad y el contexto comercial el que empujó a Manuel Rosales, padre y líder de la agrupación, a guiar y formar a su familia en un abanico de opciones instrumentales hace seis años.

Manuel recuerda que fue su tío, por parte de madre, quien lo introdujo al ambiente musical y a sus 13 años ya tocaba la trompeta. Decidió seguir sus estudios y finalizó la universidad, obteniendo su título como profesor.  Pero la música seguía rondando sus planes y sueños. 

Este músico, y actual director de un instituto público, recordó que cuando su primer hija  era muy pequeña tocaba cualquier objeto con ritmo notorio. Sin pensarlo, Manuel comenzó a enseñarle a tocar congas y a medida que crecía se sumergió al aprendizaje de más instrumentos.   

Los 12 miembros de esta familia  y agrupación de Apastepeque, San Vicente, también se han diversificado en la ejecución de instrumentos; muchos de ellos, incluso, pueden ejecutar más de cinco. Trompetatas, congas, piano, violín, guitarra, güiro, canto, todo es válido para Guadalupe, Esaú, Odalis, Manuel y Bryan Rosales, así como para Anderson Pérez, Erick y Kevin Maravilla Rosales, Diego Gómez y su formador, Manuel Rosales. 

“Un 1° de diciembre nos invitaron a tocar unos villancicos en el parque de Apastepeque. Ahí comenzó todo… vimos que teníamos impacto en el pueblo y ahora hemos dado presentaciones en Honduras y en Panahachel (Guatemala)”, relató Rosales.

Y es que algunos miembros de la “Academia Norteña Los Pitbull” o la “Sonora Kids”, como se denominan, han sido formados en la Filarmónica Juvenil de San Vicente, del Sistema de Coros y Orquestas Juveniles de El Salvador, por ello su buen ritmo y calidad musical han trascendido. 

Afinando el bajo, Manuel esperó una señal de sus hijas Guadalupe, de 25, y Odalis, de 11, quienes en su aprendizaje de solfeo también ayudan a su padre a que todo esté afinado y listo para poner ritmo a las festividades y eventos.

Esta agrupación marcada por lo multifacético espera llegar más lejos y ser reconocidos a nivel nacional, ya que los frutos de su empresa musical-familiar ya han comenzado gracias al reconocimiento del tema “La Mesera”, que estuvo en la posición #1 en Radio Variedad Latina, en Estados Unidos.

“La música para nosotros es sanidad, es una terapia. Lo hemos visto como un camino de libertad. Es un trabajo hermoso para los jóvenes”, aseveró Manuel.