Actor Gustavo Solís celebra 10 años de vida artística

El actor originario de Atiquizaya es director de teatro en la Universidad de Santa Ana y conduce el programa de arte de la revista juvenil El Sótano de Canal 21.

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elsalvador.com

Por Diandra Mejía

2015-12-20 8:59:00

Gustavo Solís es un hombre apasionado, amante del teatro y del arte. Este joven actor cuenta ya 10 años de trayectoria en las artes escénicas y, recientemente, se agenció el premio a Mejor Actor en la Gala de las Artes por su papel en la obra Las Criadas.

“Yo vengo de una familia de artistas”, afirmó Solís. “Mi mamá bailó un tiempo y  mi abuelo es músico, un finquero que tenía su orquesta de música familiar, algo bien pintoresco. Cuando yo leí a García Márquez pensé en mi abuelo, es una cosa totalmente mágica en la que mi tía que cantaba también hacía las quesadillas. Yo, hoy de grande, descubro que de ahí viene, aunque mi mama fue terca y me metió a clases de todo”, comenta el actor.

Solís empezó sus estudios universitarios en Ingeniería Civil, pero estudiando esta carrera fue que descubrió su amor por el teatro.  

“Gané un concurso de literatura y me llevaron al Teatro Presidente. Yo de pueblito, viendo una cosa tan grande; era una cosa inmensa… y, además de conocer el teatro, el que ofrecía el show era licenciado en Malabarismo y Payasada. Entonces pensé:  ‘¿Cómo puede haber una licenciatura en eso?’. Yo estaba agarrado de la butaca y pensé ‘quiero ser eso, lo que acabo de ver me hace feliz’”, recordó.

Al llegar a su casa compartió su decisión con el resto de la familia. En Santa Ana, ingresó a un taller dirigido por el escritor José Luis Valle en el que fue adquiriendo conocimientos. Pero en su casa, notaron que dedicaba más atención al teatro que a la ingeniería.

“…me preguntaron: ‘¿Bueno que pasa acá?’. Entonces, tuve que mentirles. Cuando vine al Cenar dije que me había mudado a San Salvador a estudiar Arquitectura y lo que hacía era venir al Cenar a dedicarme al teatro. Después de un tiempo, se tuvieron que enterar”, confesó el artista.

Lamentablemente, los padres del actor fallecieron en un accidente y desde ahí tuvo que valerse por sí mismo. “Me dieron una beca y empecé a estudiar. Así fue como me enteré que existía una escuela de teatro, yo dije: ‘Bueno, yo quiero estudiar”. Estudiando fue como conoció a Filander Funes, quien se convirtió en su mentor. De esta forma, supo que el teatro se estudia y que hay que trabajar mucho para brillar. “Supe que la escuela  no me estaba formando como actor, sino como artista”.

El actor también confiesa que durante su aprendizaje comprendió que su carrera es una profesión compleja y casi espiritual. “Filander decía: ‘vamos a hacer teatro sagrado’ y yo no comprendía, pero poco a poco fui aprendiendo. Luego salí y seguí aprendiendo con él en La Escuela del Actor y conocí actrices maravillosas con una potencia impresionante. También estuve en Costa Rica aprendiendo en unos talleres”, añadió.

Entre los primeros montajes en los que actúo Solís está “Y El despertar de la tierra del deseo se hizo hombre”, espectáculo con el que se graduó, una puesta en escena experimental.

“Era una cosa súper extraña, con olor a barro y con una cueva, un tema sobre los dos primeros seres de la tierra. La tesis de ese espectáculo era sobre no utilizar un texto más que el cuero de actor. Duro un año de temporada y luego empecé a trabajar sobre la obra ‘Vuelo de nostalgias’”, explicó Solís.

Tras esas experiencias, el actor fusionó su talento con el de Óscar Suncín para montar la obra “Las Criadas”, del francés Jean Genet y por el que recibió el premio. “Cada trabajo actoral es una escuela, porque con esa obra  duramos año y medio trabajando y la hicimos porque nos la habían prohibido nuestros profesores. Nos decían que era muy compleja”, enfatizó.

Lo cierto es que las acotaciones son complejas y poéticas, la obra es un enredo que debían desenredar, y ellos ansiaban ser muy fieles al texto. “Es la historia de dos criadas que intentan matar a su ama, y esta basada en una historia real de dos domésticas que sí mataron a su ama en Francia y conmocionó a todo París”, comentó Solís.

Pero el artista se siente feliz dentro de ese entramado de dificultades que ofrece la escena teatral salvadoreña. “Yo estoy muy contento… me siento pleno y he logrado muchas cosas.  En el Salvador es una osadía esta carrera… Después de 10 años uno toma más conciencia. Estoy feliz de haber tomado las mejores decisiones de mi vida”,  concluyó.