La madera es el nuevo plástico

Resistente, ligera y natural: La madera deja de ser únicamente reina de los catálogos de decoración para, además de decorar estancias, vestir a las personas con gafas, bolsos, auriculares y hasta relojes. 

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elsalvador.com

Por EFE

2015-11-10 9:00:00

Los complementos de madera se hacen un hueco en el cajón pero, hace un lustro, cuando el fundador de la marca Woodglass, Martín Rendo, se recorría las carpinterías locales con la idea de unas gafas de madera en la cabeza, lo tacharon, poco menos que de loco.
“Empezamos hablando con carpinteros, que estaban bastante perdidos, así que al final quienes nos dieron la clave fueron los artesanos” cuenta Rendo, quién  abrió su firma en el año 2011.

Rendo es de Galicia, España. “La madera tiene algo ecológico, pero también algo estético, el material ya tiene las decoraciones incorporadas, y gana a la larga, con el plástico tienes suerte si te dura más de un año”, argumenta Rendo.

Aunque las gafas, fabricadas en madera de nogal y de arce, se venden muy bien en las tienda de moda, “a los ópticos no les acaban de gustar”, reconoce el fundador de Woodglass, quién se ha aventurado el último año a crear monturas en un acetato orgánico, que proviene del algodón y de los árboles.

Con el nuevo material, los ópticos los toman “más en serio”, y les han abierto las puertas para vender en Uruguay, México, Francia e Internet.

Enoc Armengol, diseñador y cofundador de la firma barcelonesa MAM Originals, comparte la opinión de que las gafas de madera ya se han popularizado a nivel mundial.

Armengol empezó a fabricar, hace también un lustro, monturas de madera. Luego, vinieron las carcasas para móviles y, hace unos meses, lanzó una particular colección de relojes, con la correa y la esfera de este material.

“La madera puede estar más o menos de moda, pero la dimensión ecológica y natural es una parte que antes no se tenía en cuenta, y ahora se valora más”, explica el fundador de la firma, que apuesta por aprovechar, dentro de lo posible, maderas que partes del árbol que la gran industria no utiliza, como las ramas.“A nivel tecnológico antes era imposible crear un artículo así en madera, pero la tecnología y la experiencia del trabajo a mano permiten ahora unas cosas que antes eran impensables” explica Armengol, quién tampoco niega que el hecho de que la ecología esté más presente en la sociedad haya ejercido su influencia.