5 razones por las que tus hijos tienen mala conducta

El verdadero desafío, en estos casos, no es con los muchachos mismos; por increíble que parezca. El desafío principal que los docentes enfrentan es con los padres de familia

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elsalvador.com

Por Emma E. Sánchez, Deseret News

2015-11-11 4:32:00

Como dice Le Grand R. Curtis: “La disciplina es amor organizado, y los niños crecen bien cuando existe una atmósfera de amor y hay pautas adecuadas que sirven para formar buenos hábitos”. 

En mi experiencia como profesional docente, es muy común que al enfrentar a un niño, adolescente o joven problemático, se entreviste a los padres para determinar las causas de su indisciplina y juntos trabajar en un plan que ayude a resolver la problemática. El verdadero desafío, en estos casos, no es con los muchachos mismos; por increíble que parezca.

El desafío principal que los docentes enfrentamos es con los padres de familia. Te explico de manera simple y sencilla. Muchas de las conductas inapropiadas que manifiestan los niños son básicamente el resultado de la carencia de límites, disciplina y amor mal entendido que los padres, por diversas situaciones, no proveen o hacen de manera inadecuada.

Luego, cuando el padre de familia es enfrentado a la realidad y se pide su apoyo, promete cooperar y hacer lo conveniente, pero llegando a casa todo sigue exactamente igual y en escalada de empeorar.

Estos son los principales puntos débiles para muchos padres y madres
 
1. Los padres son demasiado permisivos 
Este tipo de padres están criando pequeños llenos de energía y necesidad por descubrir el mundo. Pero ellos no quieren batallar con los niños, o estan tan rebasados de amor por sus pequeños que la simple idea de limitarlos en cualquier aspecto les parece casi ofensivo.

Por cualquiera de las dos razones, al niño o joven, todo se le permite, todo se le tolera, inclusive faltas de respeto y rebeldía.

2. Los niños no tienen responsabilidades en el hogar o con la familia 
Los padres son generalmente quienes hacen todo en casa por sus hijos y para sus hijos. Los niños y adolescentes no tienen ni la remota idea de lo que significa ayudar con alguna labor doméstica, limpiar u organizar su recámara, cooperar con sus hermanos.

Ninguno y de ninguna manera hacen otra cosa excepto estudiar porque su papá o mamá les han dicho que ese es “su único trabajo”. 

3. Los padres evitan disciplinar a sus hijos o ponerles límites 
Tratar, mencionar o pedirle a un hijo que ayude o colabore, resulta un tremendo disgusto por parte del niño: hay caras feas, berrinches o cosas similares; entonces los padres, para evitar la confrontación, terminan haciendo todo ellos y el niño gana una batalla más en el poder y gobierno del hogar.

Algunos padres reconocen que tienen un problema con su estilo de crianza pero que no saben qué o cómo disciplinar a sus niños, no saben cómo terminar con un berrinche o evitarlo y temen el juicio de ser “malos padres”, el “qué dirán” y hasta perder el amor de sus hijos. 

4. No hay rutinas, normas o tradiciones en el hogar 
Todas las cosas buenas tienen una estructura y un orden. Los pequeños y todos nosotros requerimos de estructura, orden y programación para conducirnos con propiedad, prudencia y vivir en sociedad.
 

Son muchas las cosas buenas que se derivan de tener rutinas, normas y tradiciones en el hogar porque justamente son estas cosas las que nos proveen de estructura, orden y programación. Siempre que digo que a los adolescentes les gusta el orden y la disciplina, los ojos de los padres se quieren salir de sus órbitas.

Es cierto, el orden y la disciplina dan seguridad, cosa que los muchachos buscan afanosamente cuando su cuerpo y su mundo se están transformando tan vertiginosamente.

A nuestros hijos debe quedarles muy claro a qué hora se van a dormir, que las manos y los dientes se lavan, que ni el alcohol ni los cigarrillos están permitidos, que hay una edad y un tiempo para tener novio, y todas aquellas cuestiones que tú y tu familia crean valiosas en su formación.

Cuando los niños son los que deciden a qué hora se van a la cama, cuándo y cómo harán las tareas —si es que las hacen— o qué van a comer, es un hecho que los padres enfrentarán una adolescencia realmente de pesadilla.

5. El mundo de los padres gira alrededor de los hijos 
Es sorprendente el poder que los niños llegan a tener sobre los adultos que les rodean. Muchos padres no lo ven y creen que así se vive o que ese es el mejor modo de educar a un pequeño. Algunos matrimonios inclusive se separan porque alguno de los padres vierte toda su atención en el hijo y descuida a la pareja.

Otros, simplemente, se vuelven nulos en la relación matrimonial y la crianza del pequeño. Es en serio. Es increíble estar en alguna fiesta infantil o reunión social donde los niños, hijos de padres demasiado permisivos, agreden a otros niños y los padres no hacen nada.

Rompen cosas, dañan la propiedad ajena, lastiman plantas y animales y, los padres, ¡frescos!, siguen en sus charlas y no hacen nada para corregir a sus hijos y ¡pobre de aquel que se atreva a corregir o limitar a su hijo! Tal vez este estilo de crianza demasiado permisivo funcione para ti, te resulte cómodo y te evite hacer mayores esfuerzos.

Lo cierto es que las consecuencias negativas llegan tarde o temprano a tu vida y a la vida de tus hijos. Te invito a reconsiderar algunas de las creencias que puedas tener en cuanto a la educación de los niños.

Platica con los maestros y escucha las palabras de otros padres de familia, atiende a la escuela para padres, asiste a conferencias o seminarios de educación y, sobre todo, habla con tu pareja para establecer un hogar y formar hombres y mujeres que aporten a la sociedad, ese es el mejor de los frutos de ser papá o mamá.