Protege a tus hijos de la pornografía

Los padres deben hablar con los niños sobre este asunto mucho antes de que el mundo les muestre la primera imagen pornográfica. Tristemente esto ocurre muchos años antes de la adolescencia

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elsalvador.com

Por Maria Josie Hernandez Cabrera, Deseret News

2015-11-17 9:23:00

Recientemente tuve la fortuna de estar en el Encuentro Mundial de las Familias celebrado en la ciudad de Filadelfia, en Estados Unidos. Uno de los eventos a los que asistí, donde participaron reconocidos conferencistas internacionales, fue un panel de discusión en el que se trataron temas de gran relevancia como el de los efectos negativos de la pornografía.
 

Matt Fradd, uno de los panelistas dedicado desde hace muchos años a investigar y hablar sobre el tema, insistía en la importancia de que los padres hablen con los niños sobre este asunto. Es vital que lo hagan mucho antes de que el mundo (los compañeros de clase, algún conocido o un aparato electrónico) les muestre la primera imagen pornográfica, sin saber qué hacer ante ella. 

¡No esperes ni un día más! 
La mayoría de los padres imaginamos tener este tipo de conversación cuando nuestros hijos han alcanzado la adolescencia. Tristemente, la realidad nos muestra que los niños están expuestos a estas imágenes tan dañinas, desde una edad muy temprana.

Déjame contarte una historia: cuando Gerardo tenía 7 años, sus primos le mostraron una revista pornográfica. Después de ese impacto inicial, comenzó a sentir un desmedido interés por buscar más imágenes de ese tipo, a pesar de que no tenía ningún conocimiento sobre lo que eran las relaciones sexuales.

Esa necesidad satisfecha por el Internet, lo llevó poco a poco a una adicción que trató de combatir inútilmente por décadas. Casos de niños como Gerardo, llevaron a la organización Porn Proof Kids (Niños a Prueba de Pornografía) a publicar un libro llamado “Buenas Fotografías, Malas Fotografías” para ayudar a los padres a abrir la puerta a esta importante conversación con sus hijos.

Basándome en esta maravillosa publicación, te comparto cinco preguntas y respuestas que sugiere el libro para empezar a hablar de pornografía a tus niños pequeños. 

1. ¿Qué es la pornografía? 
Son imágenes de personas con poca ropa o sin ella, que causan mucho daño a tu cerebro. Al ver estas imágenes puedes experimentar dos sentimientos opuestos al mismo tiempo: una sensación de estar haciendo algo incorrecto y al mismo tiempo, emoción, bienestar y el deseo de ver más, lo que puede convertirse en una adicción.

2. ¿Qué es una adicción? 
Una adicción es estar atrapado en un hábito muy malo. Los adictos con frecuencia toman terribles decisiones para sus vidas y mienten para esconder sus adicciones. 

3. ¿Qué es mi centro de atracción? 
Es una parte de tu cerebro muy poderosa que tiene una función importantísima: hacer que una mamá y un papá se enamoren y juntos formen una familia. Sin embargo, la pornografía puede engañar a tu cerebro y hacer que tu centro de atracción se active antes de tiempo, cuando todavía no estás listo para experimentar esas sensaciones.

Esto hará que la parte pensante de tu cerebro pierda la capacidad para controlarlas. Esta es la razón por la cual debemos mantenernos alejados de la pornografía. 

4. ¿Cómo puedo convertirme en un adicto? 
Los recuerdos de imágenes pornográficas, pueden convertirse en un deseo intenso de ver más fotografías o videos. El cerebro, sin embargo, se aburre pronto. Una adicción comienza cuando la gente busca pornografía nueva y más intensa para poder estimular su centro de atracción.

5. ¿Qué puedo hacer? 
Lo mejor que puedes hacer es mantenerte siempre alejado de la pornografía, pero si alguna vez te ves frente a una de estas imágenes, necesitas un plan de acción para evitar caer en una adicción.

El plan puede ser este: El plan Can Do! (¡Puedo hacerlo!) Estos son los pasos a seguir de la técnica que el libro llama Can Do!:
– Cerrar los ojos, inmediatamente
– Avisar a un adulto de confianza
– Nombrar eso que estoy viendo: ¡Eso es pornografía! ¡Esa imagen me hace daño!
– Distraerme con algo diferente: salir a jugar, pasear al perro, leer un libro.
– Ordenar a la parte pensante de mi cerebro que tome el control.
– Decirle a la parte sensible que a pesar de la curiosidad que esta imagen me causa, elijo por mi bien decir no a la pornografía.

Como padres debemos recordar que la adicción no es el único peligro de la pornografía, el consumo de ésta lleva a las personas a ver a los demás como objetos de auto gratificación y al sexo como una diversión violenta.

Esto puede resultar en disfunciones sexuales, relaciones personales nocivas, fracasos matrimoniales y un sin número de problemas psicológicos, emocionales, afectivos y espirituales.

La pornografía está ahora al alcance de cualquier niño que toma el celular de mamá para ver caricaturas o entretenerse con videojuegos. ¡Debemos actuar ahora! Mañana podría ser demasiado tarde.