“Sabía que tenía cáncer, pero el miedo no me dejaba hacerme el examen”

Agradecida por estar viva, Emilia hoy quiere ayudar a generar conciencia en otras mujeres. Es una sobreviviente de cáncer de mama, que ya ha superado la etapa más difícil del tratamiento.

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elsalvador.com

Por Alfredo García

2015-10-01 12:00:00

El miedo a la confirmación de tener cáncer impidió a Emilia Saade de Valiente hacerse el examen. Este temor casi le cuesta la vida, ya que cuando se hizo la prueba el cáncer estaba en etapa avanzada, lo que reducía las probabilidades de sobrevivir.
Le diagnosticaron cáncer de seno el 29 de abril de 2014. Hoy, después de más de un año en que se le practicó una cirugía, radioterapias y quimioterapias, Emilia, de casi 60 años de edad, ya pasó el ciclo más difícil del tratamiento y se encuentra en remisión (etapa del cáncer en la que han desaparecido todos los síntomas pero el paciente aún sigue bajo observación).

¿Qué lección le ha dejado esta experiencia?
—En el fondo, yo ya sabía que tenía cáncer y por temor no iba al médico ni me hacía los chequeos. Es importante la prevención, porque si yo hubiera hecho caso de todos los anuncios y reportajes de los periódicos donde se hablaba del cáncer, lo mío hubiera sido mucho más sencillo. El camino fue más duro, más largo y más doloroso.   

¿Qué ha sido lo más difícil del último año?
—Fueron los momentos antes de la operación y pensar en una mutilación del seno. Para una mujer es importante saber cómo voy a quedar.

   
¿Emocionalmente, cómo se siente ahora?
—Me siento muy bien. He sentido el amor de Dios y de toda la gente que me rodea, mis hijos, mi madre, mis amigas, y con toda la gente que ha estado pendiente de mí…

¿Qué le diría a otras mujeres que están pasando por un tratamiento en estos momentos?
—Un día el oncólogo me dijo cuatro cosas importantes para superar el cáncer; aceptar y hablar de la enfermedad, tener fe en Dios, ser optimista y hacerle caso al médico. Son momentos duros, pero uno tiene que orar mucho de agradecimiento a Dios y seguir paso a paso.  

¿Qué le deja ahora contar su historia?
—La satisfacción de ayudar e invitar a otras mujeres y hombres a que se chequeen y evitar el dolor de pasar por una enfermedad tan dura. Yo sé que voy a salir adelante y voy a contar mi testimonio para que las personas hagan lo que yo no hice, que fue examinarme a tiempo.