Caballerosidad, un ideal masculino de antaño

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elsalvador.com

Por Katherine Miller, doctorado en estudios Medievales y Renacentistas de UCLA

2015-10-09 5:59:00

Para los que piensan que los romances de caballería de los tiempos medievales son solamente cuentos de hadas, he aquí un antídoto para contrarrestar esta  pobre y nefasta ilusión.  

La pregunta planteada en los romances caballerescos desde el siglo XII hasta el siglo XV en Europa medieval—aunque delineada con ejemplos y nunca en tantas palabras directas—era: ¿Cómo educar y promover a los caballeros que conformaron una lmasa de matones alrededor de un seigneur (un lord, un aristócrata) en el siglo XII para que se comporten en otra manera:  por ejemplo, como un élite cortés y respetuoso con la potencial de formar gobiernos, como la Tabla Ronda del Rey Arturo, que era, de hecho, una forma de gobierno en Camelot.

Al formular estos planteamientos, parece ser que se está proponiendo sencillamente un retorno, una nostalgia activa o un regreso rectilíneo al pasado.  Es obvio que eso no nos va a  servir.  La búsqueda encomendada para este entonces y ahora es un arduo trabajo de amor en que permitimos que la gente de la Edad Media nos hablan y nos dicen lo que es lo ideal en el comportamiento de un hombre, un caballero, con conceptos no enmascarados, sin alterar las similitudes y diferencias sobre el tema de la masculinidad civilizada en este entonces, y, por implicación, para nuestros tiempos.

Entramos, pues, en esta interrogación, que es para nosotros un teatro de sombras y espejos nublados en que podemos buscar este valor efímero y escurridizo:  la masculinidad en toda su plenitud, moralidad y comportamiento presentada en los romances que, repito, no son cuentos de hadas.
Leyendo los exquisitos poemas de Chrétien de Troyes en la Francia del siglo XII hasta la maestría de la prosa inglesa de Sir Thomas Malory en su magnífica obra Le Morte Darthur (La Muerte del Rey Arturo) estamos en la postura de una persona del siglo XXI quien intenta apreciar todo el arte del Museo del Louvre, examinándolo solamente por el cerrojo del portón del museo.  
Hay, por supuesto, manuales de buenos modales en que se encomiendan al caballero como utilizar un tenedor y que no deberá limpiar su nariz en el mantel durante una cena.  Pero más al punto son los poemas y romances de amor cortés en que hasta la Iglesia busca metodologías para inculcar a la cultura y civilitas que incluyó hasta el buen arte de la conversación. 

Sí, la Iglesia utilizó el fenómeno del amor cortés (que muchas veces era el amor adúltero de un caballero para la esposa de su seigneur) para implantar formas y exigencias para la humanización de los caballeros y aristócratas quienes, en la ausencia de un estado, actuaron, en general, en una forma grotesca, vulgar y violenta.  No hay otra manera de presentar  el muy famoso “best seller” del siglo XV de Andreas Capellanus con el título De amore, el más importante modelo de tratado de la Edad Media sobre el tema.  
El término capellanes, en el francés del siglo XII significaba “capellán de la corte”, una figura de inmenso poder religioso. En el caso de Andreas, él fungía como Capellán de la reina Marie de Champagne, hija de Eleanor de Aquitaine.
En esta obra, Andreas argumenta para ideales morales y comportamiento ideal imitando la reverencia hacia la mujer que promovía el Culto de la Adoración Virgen María en relaciones amorosas y no solamente un espejo para príncipes en la ética militar de un hombre armado.  Andreas, y otros capellanes, animados por la Iglesia, encomendó a los caballeros en armadura, montados en caballos y manejando espadas y lanzas, la merced y la prudencia en contraposición a la venganza violenta, aunque en defensa de una dama o de otro bien.  

Siguiendo Andreas Capellanus, Marie de Champagne y  Chrétien de Troyes, la reputación de un caballero fue evaluada en las “cortes de amor” de Europa Occidental como las cortes convocadas por Marie de Champagne.  A estas cortes de amor, donde examinaron el comportamiento de los caballeros y damas en sus relaciones de todo índole, asistió Chrétien de Troyes quien ejerció su enorme influencia como poeta de la corte en tiempos (siglo XII) durante los cuales el orden público colapsaba en medio de numerosos conflictos civiles y la militarización de las áreas rurales, destruidos por bandas de caballeros sin empleo quienes se comportaron  sin merced.  Eran los tiempos del comienzo de la Guerra de Cien Años y las tropas inglesas y francesas actuaron en igual manera violenta.

Otro objetivo de la educación de los caballeros implicaba como tratar a una mujer:  no era de agarrarla por el pelo y tirarla en la cama.  No, siguiendo la moralidad promulgada en los romances del Ciclo del Rey Arturo, hay que tratar a la mujer con respeto y cortesía.  
¿De dónde provienen estas influencias para humanizar Europa, más que un poco primitiva y no muy civilizada?  La influencia de Chrétien en sus romances incluyó no solamente el Culto de la Adoración de la Virgen, especialmente promovido por el nuevo orden monástico de los Cistercienses, quienes declararon que la Virgen María misma les entregó sus hábitos blancos. También debemos tomar nota de la influencia de los poemas de los musulmanes y del Islam que entró por los comerciantes y poetas andantes sobre los Pirineos desde Al-Andaluz hasta Provence en el Sur de Francia.  En las obras literarias de los árabes, la mujer era presentada y apreciada en tonos más elevados que en los poemas de Europa.  Hay muchos ejemplos, pero hay  que mencionar, por lo menos, el ejemplo de El Collar de la Paloma (The Dove’s Neckring) de Ibn Hasm de Córdoba (s. XI) entre muchos más de Al-Andaluz.  

Pero no era solamente un esfuerzo de reflejar en literatura o en espejos éticos un comportamiento más humanizado para un caballero, si no de aplicar presiones y fuerzas  para formar el carácter de un hombre civilizado quien utilizó el valor de un élite militar, canalizándolo y controlándolo por medio de disciplina, merced, prudencia,  valor, sabiduría adquirido por la lectura a voz alta en grupos los romances como los de Chrétien y los manuales de Andreas, para mencionar solamente dos de los muchos ejemplos que sobreviven en los manuscritos, en los cuales la  responsabilidad para el bien común es también enfatizada.

Ahora, los asuntos habían avanzados enormemente cuando llegamos a la corte del Rey Arturo, Camelot, y su Tabla Ronda. La formación de caballeros había avanzado al punto de que ahora, en el siglo XV, están en plan de intentar formar gobiernos—la Tabla Ronda siendo el ejemplo por excelencia.

Estos esfuerzos están plasmados en muchas obras, romances (o romanz, que, etimológicamente, significa los actos de los romanos y su alta cultura).  

Sir Thomas Malory describe e intenta inculcar valores a un nivel más alto, más social y político.  Su obra, el gran romance del Ciclo Arturiano, Le Morte Darthur, nos presenta los peligros de fragmentación de gobiernos por actos de varias índoles.  El primero es el incesto. (Es que Arturo, antes de llegar a ser rey, concibió Mordred con su hermana y así contribuyó al derrumbe moral de su propio gobierno.)  El nombre Mordred significa, en el francés anglo-normando de Inglaterra, literalmente, “miedo a la muerte”).

  
Es Mordred quien mata a Arturo en batalla, aunque el cuerpo herido de Arturo es transportado por unas damas en un barco a Avalon y las leyendas dicen que algún día regresará como rey justo.

Una segunda crítica que aporte Malory para la educación de los caballeros, además de la prohibición contra el incesto, es que, en materia de ideales morales, no se puede afianzar unidad gubernamental si los caballeros pasan su tiempo en la cama con las esposas de los otros caballeros de la Tabla Ronda. El ejemplo que Malory examina es el amor adúltero del mejor caballero del Rey Arthur, Sir Lancelot du Lac, con la esposa del Rey Arturo, Guinevere (Ginebra).

En los tres grandes tomos de su obra, Malory señala con ejemplo tras ejemplo que ambos fenómenos—incesto y adulterio—destruyen al gobierno ideal de Camelot e inhabilita a Sir Lancelot a participar en la búsqueda del Santo Grial, la copa con que José de Aramethia recogió la sangre de Cristo cuando estaba crucificada en la cruz.  El Santo Grial aparece en el Pentecostés como esperanza para la conformación de un reino sano y cristiano.  Sir Lancelot es inhabilitado a buscarlo, nos dice Malory, claramente, precisamente porque ha cometido adulterio.  Solamente su hijo, un joven caballero virgen, Sir Galahad, es apto para la búsqueda del Santo Grial.

Ahora, la tristeza es que Sir Lancelot se arrepienta, pero ya es tarde.  Por el incesto del Rey Arturo y el adulterio de Sir   Lancelot, el reino ha caído en anarquía y desorden.  

Lancelot, reconociendo su adulterio como causa de la caída del gobierno de la Tabla Ronda, declara a la Reina Ginebra lo siguiente: 
Así son algunos ejemplos de los instrumentos políticos, literarios, religiosos y culturales que utilizaba la Iglesia medieval de Europa Occidental en sus políticas eclesiales de los siglos XI hasta XV para crear una mentalidad y comportamiento cultural de civilitas para minimalizar la violencia y crear hombres (caballeros) quienes, aunque armados, pudieron participar en la formación de gobiernos de los estados mismos en formación.  

Costó siglos la humanización de los caballeros de Europa y los instrumentos eran el amor cortés, los romances, los manuales y tratados de los poetas y cortes de amor.  Pero más que nada, estos fenómenos literarios, los romances caballerescos y los manuales sobre el amor en esta tierra, fueron utilizados por la enorme influencia de la Iglesia que trabajaba contra la anarquía, violencia e inmoralidad en sus repetidas reformas, concilios y organizaciones como La Paz de Dios.

Utilizando formas laicas para humanizar la sociedad no solamente los caballeros, sino de toda la sociedad en sus relaciones humanas, la Iglesia y los poetas lograron elevar el comportamiento en algunos aspectos.  Estos son, posiblemente, algunas características del ideal de la masculinidad que podemos prestar para examinación en nuestros días.
FIN