Sí es posible aprender a ser feliz

El secreto para ser feliz parece estar en aceptar la vida tal y como es

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elsalvador.com

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2015-06-30 7:00:00

La nueva fiebre del oro no consiste en hacerse millonario ni mucho menos con encontrar la fuente de la eterna juventud.

Una publicación del periódico español El País indica que el tesoro más codiciado de nuestros tiempos es atesorar felicidad, un concepto abstracto, subjetivo y difícil de definir, pero que está en boca de todos. Y tan importante se ha vuelto que incluso es materia de estudio en la prestigiosa Universidad de Harvard.

Algunos de los estudiantes de Psicología de dicha universidad han sido un poco más felices, no solo por estudiar en una de las mejores facultades del mundo, sino porque, de hecho, han aprendido a través de una asignatura.

Su profesor, el doctor israelí Tal Ben-Shahar, es experto en Psicología Positiva, una de las corrientes más extendidas y aceptadas en todo el mundo y que él mismo define como “la ciencia de la felicidad”. De hecho, sostiene que la alegría se puede aprender, del mismo modo que uno se instruye para esquiar o a jugar al golf: con técnica y práctica.

Camino de siete pasos

Los siguientes son los consejos principales, según el profesor Ben-Shahar, para sentirse afortunado y contento.

1. Permítase ser humano. Cuando aceptamos las emociones como algo natural, somos más propensos a superarlas. Rechazar nuestras emociones, positivas o negativas, conduce a la frustración y a la infelicidad.

Somos una cultura obsesionada con el placer y creemos que la marca de una vida digna es la ausencia de malestar. “Cuando experimentamos dolor, lo tomamos para indicar que algo debe estar mal con nosotros. De hecho, hay algo mal con nosotros si no experimentamos tristeza o la ansiedad a veces”, explica.

Por otro lado, agrega que cuando nos damos permiso para experimentar emociones dolorosas, somos más propensos a abrirnos a las emociones positivas.

2. La felicidad se encuentra en la intersección entre el placer y el significado. Ya sea en el trabajo o en casa, el objetivo debe ser participar en actividades que resulten personalmente significativas como agradables.

“Cuando esto no es posible, asegúrese de que tiene refuerzos de felicidad, momentos durante toda la semana que le proporcionan placer y significado”, añade Ben-Shahar.

De acuerdo con una investigación, una o dos horas de una experiencia significativa y placentera pueden afectar la calidad de todo un día o incluso de una semana entera.

3. Tenga en cuenta que la felicidad depende principalmente de nuestro estado de ánimo, y no de nuestra condición o del estado de nuestra cuenta bancaria.

El profesor afirma que, salvo circunstancias extremas, nuestro nivel de bienestar está determinado por lo que elegimos enfocar y por nuestra interpretación de los acontecimientos externos. ¿Nos centramos en la parte vacía o la parte llena del vaso? ¿Vemos las fallas como catástrofes o como oportunidades de aprendizaje?

4. Simplifique. En general, estamos muy ocupados, tratando de realizar más y más actividades en cada vez menos tiempo. La cantidad influye en la calidad, y compromete nuestra felicidad, al tratar de hacer demasiado. “Saber cuándo decir “no” a los demás a menudo significa decir “sí” a nosotros mismos”, enfatiza.

5. Recuerde la conexión mente-cuerpo. Lo que hacemos —o no hacemos— con nuestro cuerpo influye en nuestra mente. El ejercicio regular, dormir lo suficiente y los hábitos alimenticios saludables conducen a la salud física y mental.

6. No dé lo bueno por hecho: exprese gratitud siempre que sea posible. Aprenda a apreciar y saborear las cosas grandes y pequeñas de la vida: las personas, los alimentos, la naturaleza y hasta una sonrisa. “Esa manía que tenemos de pensar que las cosas vienen dadas y siempre estarán ahí tiene poco de realista”, afirma.

7. El promotor número uno de la felicidad es el tiempo que pasamos con las personas que nos importan y que se preocupan por nosotros. “La fuente más importante de la felicidad puede ser la persona que se sienta a tu lado. Aprécielos y disfrute el tiempo que pasan juntos”, finaliza el experto. —EDH