Contaminar aumenta los costos y afecta la salud

Lo ideal sería usar diésel y gasolina acordes a motores de tecnología reciente, los cuales son cada vez más en el país

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elsalvador.com

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2015-06-05 12:00:00

La contaminación ambiental tiene múltiples vías, una de ellas es el alto contenido de azufre suspendido en las emisiones de gases que resultan de la quema de combustibles en vehículos automotores, debido a la gran cantidad de partículas por millón (PPM) que tiene, especialmente el diésel.

A ello se suma una legislación desfasada, que data desde 1981, según la cual se puede utilizar diésel que contenga azufre a partir de las 5,000 PM y que está en total desequilibrio con los motores de última generación que siguen llegando al país y cuyo sistema de inyección es controlado por medio de sistemas electrónicos.

Las exigencias de dicha normativa no están acordes a las tecnologías de los motores actuales; en otras palabras, “estamos haciendo funcionar un motor con especificaciones técnicas bien rigurosas con un combustible que no es apto para ese motor”, dice el representante de BG de Estados Unidos en El Salvador, Mario Rodezno.

Como en el país no hay manera de tener un diésel mejor refinado que contenga como máximo 10 PPM de azufre para motores fabricados el 2008, según la ASTM, la única solución es agregarle aditivos, cuya función es volverlo digerible a los motores de última generación que son adquiridos por transportistas, empresas y personas naturales, añadió el especialista.

Altos costos

De manera que tratar el diésel con aditivos que no contengan alcoholes ni químicos abrasivos, además de realizar operaciones de mantenimiento que normalmente no les realizan, es la única solución para reducir costos de operar motores de última generación con el diésel que se distribuye en El Salvador, destaca el profesional.

El problema es que el diésel sin ningún aditamento, lo que hace es contaminar internamente el motor con depósitos indeseables, además de que los motores demanden más combustible, que al final no alcanza a quemarse, lo cual hace que se expulsen al medio ambiente óxidos nitrosos, bióxidos, monóxidos de carbono, incluso residuos de azufre, que son altamente perjudiciales para la salud, añadió.

Los aditivos lo que hacen es convertir el diésel en un combustible que es menos dañino al medio ambiente y a la salud del ser humano, explicó.

Según las mediciones de BG el tratamiento del aceite diesel con dichas sustancias reduce hasta en un 80% la contaminación, debido a las emisiones de gases de efecto invernadero que son lanzadas a la atmósfera.

Aunque parece un gasto, en realidad es una inversión que de forma inmediata reduce los costos de operación de las empresas y automovilistas, ya que, al reducir las emisiones, “también va a reducir el consumo… además de que se está expulsando al medio ambiente combustibles mal quemados”, afirma.

Además, operar con el combustible actual, sin tratarlo, es más caro para un transportista, porque demanda mayores y más frecuentes reparaciones del sistema de inyección (Bombas e inyectores), reparaciones de motores, períodos cortos de cambios de aceite de motor y, lógicamente, mayor compra de cantidad de diésel, añade.

Sin embargo, muchos transportistas y empresas que tienen flotas de vehículos repartidores no lo ponen en práctica por falta de conocimiento, por creer que es muy caro.

El programa de reducción de costos por medio del tratamiento con aditivos, también existen para las gasolinas, pero con otros productos como catalizadores, con los que se logra pasar de una contaminación del 60 % a un 15 %.