Durante 33 años Salvador Lima Guandique fumó entre 7 y 30 cigarrillos diarios. Hace 15 meses no enciende un cigarro. El temblor de sus manos y una gripe recurrente lo motivaron a aceptar la invitación que le hizo una doctora de Fosalud, para visitar la clínica de cesación del tabaco del Hospital Saldaña… Un centro de salud público mejor conocido como “el Neumológico”.
Como cada 31 de mayo, él y otros salvadoreños que asisten a las clínicas de cesación del tabaco participan en las actividades relacionadas con el Día Mundial sin Tabaco.
Este año, la OMS y Fosalud lanzan un mensaje que insta a frenar el contrabando de tabaco y a evitar su consumo. “Estos cigarrillos (de contrabando) se venden sin ningún control de calidad”, explicó la directora del Fosalud, Verónica Villalta.
Sobre el impacto del hábito de fumar, la funcionaria afirmó: “En el mundo, dos terceras partes de las enfermedades son a causa del tabaquismo”. Recordó que “el 77 % de enfermedades crónicas causa defunciones” en América Latina.
Villalta considera que, en El Salvador, el cáncer y las enfermedades cardiovasculares y las respiratorias se pueden vincular al tabaquismo. Según el Ministerio de Salud, la letalidad hospitalaria de enfermedades relacionadas con el consumo de tabaco se incrementaron en 2014.
“Durante 2013, fueron 14.10 % los cáncer de tráquea, bronquios y pulmón, y en 2014 fueron 18.6 %”, detalló Villalta. El cáncer de la cavidad bucal y de faringe fue el 3.3 % y en 2014 fue el 7.7 %, agregó. Las enfermedades crónicas de vías respiratorias también aumentaron, pasaron de representar el 2.3 % al 3.10 %.
La funcionaria recordó que el consumo de tabaco es una adicción y que está en manos de cada persona no adquirirla. Por ello, las campañas contra el consumo de tabaco no solo invitan a quienes fuman a dejar de hacerlo, sino también a advertir a los más jóvenes sobre los peligros de fumar.
La Encuesta Nacional de Alcohol y Tabaco 2014 de Fosalud, reveló que el 23.9 % de los fumadores encuestados se iniciaron en ese hábito cuando tenían entre 10 y 14 años.
“Como tenía la curiosidad de querer probar el cigarro, vine, lo compré, lo probé y me puso bolo”. Así recuerda su primera vez con el cigarro. Lima Guandique tenía 14 años. “Como es el primero, dije, ya el segundo no me va a hacer daño”, después de esa no tan agradable experiencia siguió fumando de vez en cuando. A los 16 años, “fumaba que era una maravilla”.
Su primer cigarro lo fumó a los 14, luego probó otra vez a los 16 y ya no pudo dejarlo, ni cuando trabajaba como mecánico: “Estaba debajo de los camiones con el cigarro en la mano”, recuerda.
Ahora tiene 15 meses sin probar un cigarrillo. El temblor de su mano ha desaparecido y no ha vuelto a pasar consulta por gripe. Para él como para el resto de salvadoreños que acuden a las clínicas de cesación de tabaco y de tratamiento de adicciones, ha valido la pena el esfuerzo.