Lo que empezó como un juego de niñas se ha convertido ahora en su empresa. Andrea Ayala a sus 22 años es diseñadora de modas pero tiene la vida entera diseñando faldas, blusas, pantalones y todas las prendas de vestir femeninas que el buen vestir implique.
Sus primeras modelos fueron sus muñecas barbies, luego “mi madre siempre me instruyó y apoyó para que diseñara mi propia ropa para eventos especiales”, reconoce esta chica emprendedora y detallista.
Segura de sí misma y de su talento, durante su vida de universitaria elaboraba su ropa de todos los días, lo cual pronto capitalizó, y hace dos años y con tan solo 20 años se decidió a diseñar para el público bajo su marca “Andrea Ayala”, como parte de su carrera en la Escuela Superior de Economía y Negocios.
Su sensibilidad ha estado marcada por iconos de la moda clásica como Audrey Hepburn, Grace Kelly, Jackie Kennedy, de ahí su estilo elegante y femenino.
Ese criterio básico se va enriqueciendo en cada colección con las ideas que en el momento vienen a Andrea, “nunca es la misma inspiración, todo depende del momento en el que esté viviendo y las experiencias, por ejemplo: conceptos, canciones, épocas, pinturas, flores”, explica esta joven diseñadora que ya cuenta en su trayectoria con cinco participaciones en pasarelas.
Para el Fashion Week Mercedes Benz, esta talentosa joven ha creado una colección muy particular. “Me inspiré en la transición de la oscuridad a la luz y como referencia he tomado el amanecer y su literal paleta cromática como negro, azul, celeste, naranja, amarillo, rosado, beige, perla y dorado; al igual que las texturas que se crean en el cielo, las he interpretado por medio de las telas como el encaje, chifón, piqué, casimir, y otras, y los cortes de las prendas representan las ondas que se recrean en esta transición: cortes asimétricos, cortes campana, escotes cuadrados y circulares”, afirmó.
A pesar de su corta vida como empresa de moda, Andrea reconoce que las mujeres salvadoreñas han aceptado sus diseños, incluso sus productos ya cruzaron la frontera y ha logrado buenas ventas en “It’s pretty perfect boutique”, en Honduras. Ahora, sus clientas la están llevando a otras dimensiones, ya le han solicitado vestidos de boda.