Masajista no vidente: “Queremos que se fijen en nuestra capacidad no en nuestra discapacidad”

La masoterapia se ha convertido en una oportunidad de empleo para personas ciegas. Conscientes de su capacidad y sus derechos, piden oportunidades y el cumplimiento de la ley

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elsalvador.com

Por Alfredo García Twitter: @Allfogarcia

2015-01-23 12:00:00

Verónica Rivas, con 22 años de experiencia como masajista y madre de dos hijos, considera su condición como doblemente vulnerable por ser mujer y, además, tener una discapacidad física.

Sin embargo, su tenacidad y deseo de superación la han llevado a luchar para tener una vida mejor. En la masoterapia ha encontrado una oportunidad de trabajo y de autorrealización.

“En estos tiempos, para cualquier persona es difícil conseguir un trabajo, y cuando se tiene una discapacidad es doblemente difícil. Quiérase o no las empresas ven primero la discapacidad que la capacidad”, afirma.

Verónica aprendió a dar masajes en el Centro de Rehabilitación para Ciegos “Eugenia Dueñas”, también conocida como Escuela de Ciegos. Con los años se ha especializado y ha aprendido nuevas técnicas. Actualmente trabaja en un hotel de la capital. Pero durante toda su vida también ha sido una activista de los derechos humanos de las personas con discapacidad.

“Quisiéramos que las empresas y la gente vieran nuestra capacidad antes que la discapacidad. Muchas mujeres están capacitadas en el área de masoterapia, y en otras áreas, pero no hay lugares para trabajar”, manifiesta.

Al igual que Verónica, en el país existen cientos de personas con discapacidad física que encuentran pocas o nulas oportunidades de tener un empleo a pesar de que existe la Ley de Equiparación de Oportunidades que obliga a las empresas a contratar un empleado con discapacidad por cada 25 sin ella.

“Nosotras enfrentamos una doble y hasta triple discriminación, por ser mujeres, tener una discapacidad y por otras razones más”, denuncia Verónica.

En 2008 un grupo de mujeres no videntes decidieron unirse para emprender una lucha por la reivindicación de sus derechos. En ese año se formó la Asociación de Mujeres Ciegas de El Salvador (Amuces) con el fin de educar a sus integrantes en temas de derechos humanos, autoestima, y además capacitarlas en la masoterapia.

“Como personas con discapacidad visual, la gente tiene mucha confianza en nosotras porque tenemos los otros sentidos más desarrollados… Con el tiempo, la gente ha ido conociendo los beneficios de los masajes, ya no se ve como un lujo sino como una necesidad de salud”, recalca Verónica.

Con el apoyo de la Asociación de Mujeres Ciegas se creó la empresa “Xpress Massage El Salvador”, en la que trabajan ocho masajistas en dos sucursales. Una en el aeropuerto y la otra en colonia Buenos Aires I, en San Salvador. Teléfonos 2225 – 6065, 2130 – 4543.