Cáncer: una batalla en pareja

En las parejas que enfrentan un diagnóstico de cáncer, el estrés del proceso puede afectar la estabilidad de la relación. Buscar ayuda es la clave para sobrellevar este mal

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elsalvador.com

Por EDH/Agencias tendencias@eldiariodehoy.com

2015-01-26 12:00:00

Son muchas las pruebas que una pareja supera a lo largo de su vida, pero ninguna de ellas prepara a dos personas para afrontar un diagnóstico de cáncer. 

Tras el impacto sentimental, cada pareja debe luchar unida utilizando como arma una comunicación que permita llorar, proponer y preguntar, nunca imponer.

Recibir un diagnóstico de cáncer supone un impacto emocional y psicológico enorme tanto en el paciente como en sus familiares. 

De acuerdo con Marcella Carrillo, de la Fundación Edificando Vidas, “la persona que está luchando contra el cáncer está enfrentando su peor batalla. Es una enfermedad difícil que afecta integralmente al ser humano, desde lo físico porque la persona se ve y luce diferente. Pero también emocionalmente porque sufres y ya no eres la misma persona”.

Estas nuevas sensaciones que el paciente oncológico experimenta pueden derivar en comportamientos que refuercen o compliquen su vida en pareja.

Sin embargo, en el fondo de esta mezcla de sentimientos existen aspectos que el paciente y su pareja pueden trabajar mediante talleres de aprendizaje, con la intención de combatir la enfermedad con la mayor normalidad posible.

Ante el diagnóstico

La noticia de cáncer pone a prueba a los pacientes y sus parejas debido al estrés sentimental que se produce, con sensaciones que van desde el miedo a la angustia, ya que “este tipo de diagnóstico, por muy bien que lo lleves, vas a sentir emociones negativas”, apunta Marta De la Fuente, psicooncóloga de MD Anderson Cancer Center Madrid.

“El ser humano nos demuestra que ante una enfermedad como esta tenemos capacidad para luchar contra ella y además ser un apoyo”, explica.

Esta lucha contra la enfermedad puede generar problemas comunicativos en la pareja si se pelea en solitario, pero en ocasiones se observa el efecto contrario, en el que se llegan a experimentar momentos de intimidad y de unión muy fuertes.

Por ello lo primordial, según Carrillo, es que el paciente y su pareja también se eduquen y busquen apoyo emocional para sobrellevar el proceso de la enfermedad.

Más allá de lo que se conoce sobre cómo los pacientes afrontan este tipo de diagnóstico, en la intimidad cada persona desarrolla sus propios miedos como el sentimiento de dependencia o el temor a no ser de ayuda para la pareja. 

Sobre lo anterior, Marcella Carrillo, comenta que en El Salvador cuando se recibe un diagnóstico de este tipo ocurren muchos casos de abandono por parte de la pareja masculina.

 ”Durante mi experiencia profesional he comprobado que de cada 10 mujeres con cáncer seis son abandonadas por su pareja. Yo me reúno a diario con unas 12 personas y tengo registros. Lleno una ficha en la que pregunto datos generales, pero también dónde está su esposo. La respuesta casi siempre es que fueron abandonadas desde que le quitaron el seno, o cuando la vieron calva o bien desde que ya no pudo generar recursos para la casa. Esa es nuestra realidad”, lamenta. 

La comunicación es básica

El primer paso para afrontar la enfermedad es la escucha activa y la empatía.

La comunicación empieza con una pregunta que deje de presuponer lo que siente el paciente o imponer un estado de ánimo determinado para empezar a consultar, hablar y proponer.

“Depende de cada pareja, no existen unas pautas estrictas, es una cuestión de naturalidad, de sentirse con la libertad de expresar emociones”, afirma De la Fuente.

Para que los sentimientos manifestados contribuyan a reforzar la relación de pareja es necesario que se expresen desde el respeto y desde un punto de vista flexible, ya que una persona que quiera desahogarse “no quiere decir que se quiera desahogar todos los días”, señala.

El acercamiento a la naturalidad en una situación complicada supone desarrollar habilidades comunicativas en las que se eviten los sermones o las imposiciones, por lo que si un enfermo oncológico quiere llorar debería poder hacerlo sin que su pareja le bloquee ese sentimiento.

La sexualidad, un reto

La reducción del apetito sexual puede producirse por el cambio hormonal generado en los cánceres de mama u ovario, por la afectación de la erección del miembro masculino en el cáncer de próstata o debido a la bajada del estado de ánimo fruto del tratamiento con quimioterapia.

De hecho, muchos pacientes expresan que ya no tienen tanto apetito sexual porque están cansados. 

A juicio de la doctora De la Fuente intentar desarrollar una vida normal no quiere decir que se olvide la situación médica que se está viviendo. Por ello, los miedos y fobias surgidas de la falta de deseo o los problemas fisiológicos para tener sexo se deben afrontar a través de la comprensión por parte de las parejas.

Si existen dudas sobre este tema, lo mejor, dice Carrillo, es consultar con el médico. Pero también existen charlas sobre sexualidad en los pacientes oncológicos que les ayudan a eliminar la idea de que no pueden tener una vida sexual activa.

Dos personalidades unidas contra el cáncer

Hablar, llorar o reír juntos en una situación complicada no quiere decir que cada miembro pierda su personalidad en la relación de pareja, sino que “dentro de ser un trabajo conjunto y que estén unidos para luchar contra la enfermedad, es muy importante que no se pierda la individualidad”, destaca De la Fuente.

Dejar que todo gire alrededor del paciente puede llevar a la pareja a anularse, olvidando que existen unos derechos humanos básicos que tiene tanto el paciente como la pareja. 

“El mundo sigue caminando con cáncer o sin él, y entre más normal sea el ritmo de vida del paciente el proceso va a ser más fácil”, explica Carrillo.

Si necesita algún tipo de orientación o tiene dudas sobre el cáncer hágalo al whatsApp Edificando Vidas al 7510-4959 o en edificandovidas-elsalvador.org. La ayuda es gratis.