Primero habló, fuerte y realista el mexicano David Faitelson, luego el ex jugador del Barcelona y ahora comentarista deportivo, Hristo Stoichkov, y esta vez el periodista mexicano Heriberto Murrieta, hace un recuento de la “triste realidad” y la crisis que atraviesa el fútbol salvadoreño y critica a quienes lo dirigen.
A continuación un estracto de la opinión que publicó Murrieta este día en el diario El Universal de México, en el que crítica al “Tri” por solo haber anotado 3-0 ante El Salvador, un equipo con gravisimas carencias.
El comentarista de Radio Fórmula de ESPN en México, hace un recuento de la crisis que vivió Primitivo Maradiaga para armar a su equipo tras la negativa de los seleccionados a ir a México, si la FESFUT no les daba mejores condiciones de hospedaje… ”Tras conversar con Maradiaga, el periodista Fernando Palomo reportaba que el técnico hondureño se siente engañado por los federativos salvadoreños…”
Dice Murrieta que “el letrero que identificaba a la Selecta fue retirado del autobús que traslada a los jugadores para evitar protestas de la gente…”
¿Cómo es posible que México le haya metido únicamente tres goles a su similar de El Salvador…? plantea al inicio Murrieta y, añade luego, que la crisis viene desde el caso de los seleccionados ligados a los amaños, denunciados por el ex capitán Víctor Turcios.
Firmado por heribertomurrieta55@gmail.com, en comentarista de ESPN dice que “Rodolfo Zelaya es uno de los futbolistas involucrados, acusado de encubrimiento. Zelaya es el futbolistas mejor pagado de El Salvador. Cobra unos 7 mil dólares, salario equivalente a una dieciseisava parte del sueldo mensual que devengan jugadores mexicanos como Oribe Peralta”.
El analista deportivo también escribió que “Unas horas antes del partido del martes pasado contra canadá en el estadio Cuscatlán rumbo al Mundial de Rusia 2018, solo se habían vendido 2 mil de las 28 mil entradas que se pusieron al venta, agudizandose la crisis económica de la FESFUT. Al final entraron 7 mil personas a presenciar el 0-0 ante Canadá, en un estadio al que le caben 30 mil (son 38 mil).