Nicaragua a Ortega: Tiene que salir del país

“Pueden reírse, pueden hacer las caras que quieran, pero le pedimos que ordene el cese al fuego, ahorita mismo. Liberación de nuestros presos políticos. No podemos dialogar con un asesino, porque lo que ha sucedido aquí es un genocidio”, le dijo Lesther Alemán en su cara a Ortega.

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Joel Aguilar Chicas, técnico principal, da indicaciones durante el partido de la final ante Alianza y Santa Tecla. Foto/ Lissette Monterrosa

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2018-05-17 9:39:46

“Esta no es una mesa de diálogo, es una mesa para negociar su salida. Ríndase ante todo este pueblo, ordene el cese al fuego ahorita mismo… lo que se ha cometido en este país ha sido un genocidio”, le dijo en su cara el líder estudiantil Lesther Alemán a Daniel Ortega en la mesa de diálogo en Nicaragua.

“Pueden reírse, pueden hacer las caras que quieran, pero le pedimos que ordene el cese al fuego, ahorita mismo. Liberación de nuestros presos políticos. No podemos dialogar con un asesino, porque lo que ha sucedido aquí es un genocidio”, insistió el dirigente, subrayando que le asiste la robustez moral de hablarle así a Ortega porque los estudiantes “han puesto los muertos” en esta ola de represión.

Pero ya no hay alternativa para Ortega, quien no tiene una coronita que lo perpetúe como dictador y además le faculte para saquear a sus anchas sin dar cuenta a nadie. Y pese a dejar actuar a los productores siempre que le hagan participe de su tajada, Nicaragua sigue siendo un país pobre, como pobres son las naciones bajo dictaduras absolutistas.

La represión contra el pueblo está siendo perpetrada por la policía, pues el ejército tomó distancia y declaró no estar dispuesto a atropellar manifestaciones ni huelgas.

La policía anda matando gente, pero debe ya saber que sus jefes y mandos son responsables de actos criminales y por lo mismo sujetos a ser juzgados y condenados. No hay escapatoria fuera de morir en un levantamiento en el que lo probable es que el ejército intervenga, pero no a favor de Ortega ni de sus secuaces.

Anastasio Somoza cayó en 1979 porque en su contra se confabularon tanto propios como extraños; ahora se trata de la gente en Nicaragua contra el dictador.
El reclamo en “la mesa de diálogo”, que tuvo lugar frente a la televisión local e internacional y otros observadores, demuestra lo que en nuestro suelo no acaban de entender muchos: que los socialistas del Siglo XXI solo “dialogan” cuando están contra la pared y sin ninguna intención de llegar a acuerdos que socaven sus posturas; como fanáticos al igual que los talibanes, el “diálogo” es una forma de ganar tiempo, reagruparse y volver a las andadas.

No deben haber ”diálogos”
con izquierdosos totalitarios

Esta realidad la debe tomar en cuenta el sector productivo de El Salvador, que nuevamente está “dialogando” con sordos y ciegos, con un grupo que no vaciló en desatar una guerrilla que llevó a la muerte a más de setenta mil personas.

La barbarie no tiene antídoto, no se cura. Al mismo tiempo en que se sientan a la mesa de “diálogo” persisten los griteríos en las calles, las difamaciones propagadas por los troleros (con el cabecilla formando su “movimiento”) la permanente acusación contra los “ricos” y las prédicas del odio, la gasolina que mueve a esta gente como a Maduro, a los Castro y a Assad de Siria, el que usa gases asfixiantes contra quienes lo oponen.

Abran los ojos, señores del sector productivo: no gasten su tiempo discutiendo con un grupo que no tiene intención alguna de cambiar sus posturas, sus estrategias y lo que llaman “su lucha”, que no es más que imponer sobre esta tierra el castrismo de caites y mulas.

Y el síntoma más revelador: repudian el Orden de Derecho y la moral como invento burgués, como un anacronismo que debe barrerse para abrir paso a la “nueva sociedad” donde prevalecerá el capitalismo de unos pocos ladrones.