Con más y más impuestos rompen el espinazo del camello

La única forma de arreglar la economía de una persona, de una familia, de un sector o de un país es la que las buenas mamás aconsejan a sus hijos: no gastes más de lo que ganas, ahorra parte de tu ingreso, aléjate de las malas compañías (Maduro, los cubanos, Ortega), cuídate de caer en vicios...

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elsalvador.com

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2018-05-16 7:14:10

Invariablemente las recetas del FMI llegan a lo mismo: subir impuestos, sea para “sanear” las finanzas de un país que hace aguas, sea para pagar deudas… pero subir impuestos.

Por eso Malcolm Forbes, el dueño y economista destacado de Forbes, ha llegado a decir que buscar al FMI para ordenar la economía de un país es el equivalente a pedir a la KGB asesoría para redactar una constitución democrática.

Lo esperado no es que le sigan dando palos al país con más y más impuestos, sino que el gobierno corte radicalmente sus gastos y su burocracia, artificialmente inflada hace casi diez años para acomodar a más de cuarenta mil personas, la mayoría probablemente activistas políticos que nada producen pero mucho revuelven.

Hace menos de un año, CEPA duplicó el número de empleados, lo que en una manera u otra ha venido sucediendo en prácticamente todas las dependencias oficiales. Pero de eso no se dice media palabra en el pliego de “recomendaciones” al país.

Como dicen los beduinos, se puede ir cargando al camello con todos los bultos imaginables, hasta que llega el punto en que una hebra de paja le rompe el espinazo, como puede suceder a El Salvador si el actual partido oficial sigue en el poder.

Los efemelenistas ven el patrimonio nacional como el botín merecido después de la carnicería de los Ochenta que causó la muerte de más de setenta mil salvadoreños, graves daños a la estructura productiva del país, el éxodo de tres millones al exterior y, como la cereza encima del pastel, dar a luz a las pandillas, al contrabando, al narcotráfico, a las extorsiones y a politicastros como el exalcalde.

Gastando como marineros
borrachos a costa de
los salvadoreños

Por hoy el oficialismo ha estado gastando dinero como el proverbial marinero borracho que llega a puerto nuevo, pero que en lugar de llamarlo al orden busca quienes le presten más dinero.

La única forma de arreglar la economía de una persona, de una familia, de un sector o de un país es la que las buenas mamás aconsejan a sus hijos: no gastes más de lo que ganas, ahorra parte de tu ingreso, aléjate de las malas compañías (Maduro, los cubanos, Ortega), cuídate de caer en vicios… Lo primero es echar a los que vienen robando al negocio, los que tienen el plantel sucio, desordenado y que, además , meten, por la noche, a incompetentes.

Recomponer lo que ha sido desbaratado, tomar en las manos un terreno que en su momento fue fértil y bonancible es la mayoría de las veces más difícil que iniciar un nuevo negocio o una siembra nueva, el problema que afronta el país con grandes extensiones otrora muy productivas pero que la reforma agraria impuesta ha arruinado y perpetúa en el desastre, pues no pueden venderse. Tal fue una de las tareas de Hércules, el mitológico héroe, cuando le toco limpiar los establos del rey Augías. El héroe desvió un río y lavó en un momento la porquería acumulada durante siglos, como ahora toca también.

No hay nación que se haya levantado cargando con impuestos, regulaciones, exigencias y permanente hostigamiento a sus ciudadanos como ha sucedido en el país desde hace diez años.