Los deportistas de fin de semana corren riesgo en sus vidas

Meterse a correr, a nadar como competencia, a jugar tenis los fines de semana sin una pequeña supervisión equivale a automedicarse, lo que mató a un amigo nuestro hace un par de años.

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2018-05-02 7:27:18

Mucho pesar ha causado la muerte del alcalde de la ciudad de Guatemala y expresidente de su país, Álvaro Arzú, fulminado por un ataque al corazón mientras jugaba al golf. De la ilustre trayectoria del desaparecido hombre público hemos informado en estas páginas y nos unimos al dolor de su familia y del pueblo guatemalteco por tan irreparable pérdida.

Por ahora vamos a tratar la amenaza que afrontan las personas que hacen ejercicio, juegan al golf, salen a correr en la playa un día a la semana, el cual con frecuencia pasa de ser el día del deporte al día del mortal infarto.

Lo que cardiólogos y entrenadores físicos siempre advierten es que para estar bien una persona o ejercita al menos tres veces por semana, alternando los días, o no hace nada y se confía a la madre naturaleza y a sus propios genes, pues es una realidad que en todas las latitudes donde se vive en ambientes básicamente sanos el porcentaje de centenarios es más o menos igual.

Hay, desde luego, recomendaciones básicas que contribuyen a que alguien llegue sano a edades bíblicas, y decimos bíblicas no por creer lo que dice el Génesis de largas vidas en centurias de muchos hombres de Israel sino en lo que se puede hacer para seguir en este valle de lágrimas por decenios de decenios.

Obviamente la primera recomendación es no fumar como lo demuestra el que cuando un médico ve por primera vez a un paciente, si fuma o no fuma es el primer dato que preguntan.

A ello se agrega la circunferencia abdominal (debe ser menos de un metro), el peso, si toma o no bebidas embriagantes, si hace algún ejercicio… etcétera.

“No hacer mucho ejercicio… con las mandíbulas” es otra recomendación.

Mundialmente se celebran
maratones recordando a un guerrero

Para los menos jóvenes del rebaño del Señor una recomendación básica es salir a caminar, pero no caminar como el hombre que pasea en los Campos Elíseos de París deteniéndose aquí y allá, sino como el que tiene que tomar un tren en cinco minutos y está a cinco cuadras de la estación.

Y correr por correr sin la supervisión de un cardiólogo es peligrosísimo.

Jim Fix, el que puso de moda correr como actividad física, murió de un infarto en ese afán, lo que llevó a la Sociedad de Cardiología de Estados Unidos a decir que si hubiera corrido unos cuantos cientos de metros monitoreado en una clínica, seguiría vivo.

Meterse a correr, a nadar como competencia, a jugar tenis los fines de semana sin una pequeña supervisión equivale a automedicarse, lo que mató a un amigo nuestro hace un par de años.

La máxima griega por excelencia es “nada en exceso”, pese a lo cual sus jóvenes se esforzaban y entrenaban hasta el agotamiento para participar y ganar en los juegos olímpicos que se llevaban a cabo cada cuatro años.

Una de esas pruebas, la maratón que se celebra en memoria del joven guerrero que corrió desde el campo de la batalla de Maratón hasta Atenas para visar del triunfo, murió casi de inmediato después de dar la noticia, agotado como estaba como guerrero en esa histórica contienda.