Modernizamos el periodismo del país y de Centro-América

La represión martinista no tardó en hacerse sentir, lo que llevó a perseguir al director del Diario, encarcelar redactores, cerrar el periódico por períodos, a forzar un cambio en el nombre e intimidar a los vendedores de ejemplares.

descripción de la imagen

Por

2018-05-01 8:07:18

El 2 de mayo de 1936, hace ochenta y dos años, salió a la luz EL DIARIO DE HOY, iniciando un honroso y nuevo capítulo en el periodismo de El Salvador y de Centro-América.

Uno tras otro los diarios de la región han ido incorporando a su labor lo que aquí era primicia: fuimos el primer matutino, el primer tabloide, el primero en publicar noticias internacionales, el primero en ilustrar sus contenidos con fotografías.

Fuimos también los primeros en distribuir miles de ejemplares diarios, ya que en aquel entonces los periódicos apenas vendían unos cuantos cientos de ejemplares, en gran medida por el escaso interés que despertaban en el público.

En esa primera mitad del siglo XX nuestro país contó con un número importante de pensadores, poetas, sabios, polemistas, pero sin proyectarse al gran público porque el gran público no leía ni tenía acceso a material de lectura barata y confiable.

Y motivar a la gente “a leer”, además de poner a su alcance el diario, fue el primer desafío de la naciente empresa.

Al lado de la información de calidad y de la producción de los buenos escritores de entonces, se destacaron noticias populares de alto impacto, que fueron el imán para llevar a las personas que las buscaban a leer el resto de lo publicado.

Era esencial, en ese entonces, hacer que el Diario circulara en otras ciudades del país, una tarea que tomó en sus manos doña Mercedes de Altamirano, cofundadora del periódico junto a su esposo Napoleón Viera Altamirano.

Doña Mercedes contactó al dueño de la panadería Las Victorias y que despachaba pan a Santa Ana, para compartir el despacho y dividir gastos. Y así, con paciencia pero de prisa, el periódico comenzó a leerse por distintas ciudades hasta ser lo de hoy, un periódico de circulación nacional presente hasta en remotos cantones.

Se enseñó a leer en ese sentido, pero también se enseñó a pensar al pasar de lo superficial a lo que movía el país, analizar sus problemas, exponer los anhelos de los más diversos grupos sociales, a alentar el debate y la discusión.

Se enseñó a debatir los
grandes temas de nación

El Diario nació en medio de una dictadura y muy pronto entró en conflicto con el dictador Hernández Martínez, que llegó al poder a raíz de las revueltas causadas por el levantamiento comunista del 32 instigado por las prédicas de Farabundo Martí, que llevaron al sacrificio a centenares de campesinos y que también sedujeron a muchos estudiantes de aquellos años.

La represión martinista no tardó en hacerse sentir, lo que llevó a perseguir al director del Diario, encarcelar redactores, cerrar el periódico por períodos, a forzar un cambio en el nombre e intimidar a los vendedores de ejemplares tratando de que no vocearan “¡El Diariodioycinco”, el grito matinal con que la ciudad se despertaba.

Cayó Martínez y este Diario le dio el golpe final al anunciarlo cuando aún estaba en el poder.

Pero con la salida de Martínez la función del Diario de proteger lo esencial de los derechos de la gente frente a desmanes y abusos se ha mantenido siempre y en las más duras circunstancias, incluyendo el asesinato de cuatro de nuestros articulistas a manos de la guerrilla, a lo que se suman atentados dinamiteros e incendiarios, atropellos y amenazas de toda naturaleza.