Indignación por la masacre en Florida, aquí es lo común

La panza-cracia imperante sobrepone sus intereses y su saqueo, a las vidas y al bienestar de millones de salvadoreños, a lo que deben ser buenos servicios públicos, al futuro de todos, incluyendo a los niños.

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2018-02-26 5:01:15

La matanza de quince estudiantes y dos maestros de una escuela de secundaria en Florida ha causado enorme indignación en Estados Unidos, más cuando hubo previos indicios de lo que el asesino iba a perpetrar, comenzando por correos enviados y la compra de un rifle automático y grandes cantidades de proyectiles.

La policía y el FBI fueron advertidos mucho antes, pero no actuaron para evitar la masacre.
Se dieron actos maravillosos de heroísmo: un joven que se recupera de heridas se puso de escudo para proteger a compañeros; dos maestros murieron protegiendo a grupos de niños.

Pero esa clase de tragedia se repite semana a semana en El Salvador y en el norte de la región centroamericana, donde decenas de jóvenes, adultos, viejos y hasta niños son asesinados sin que “el Estado” tome efectivas medidas para contrarrestar tal violencia y en tal manera cumplir con la primordial función de cualquier gobierno, que es cuidar a la gente, protegerla de forajidos, pandilleros, narcos y violentos que matan enfurecidos sin mayor provocación pero afectados de la cabeza por el ambiente general que se padece.

Una significativa causa de esto son las treguas y arreglos facilitados por el oficialismo con los grupos violentos, con la mirada puesta en las jornadas electorales. Y como en todo, “si te doy algo tienes que compensarme”, la retribución es una medida de impunidad.

Las treguas son una de las principales causas del horror que se sufre, pero los investigadores y fiscales se van por las ramas y no tocan el tronco, que es determinar quién las ordenó.

Y ya, en una de las audiencias contra Raúl Mijango y un grupo de pandilleros, un testigo declaró que Funes y su ministro de Seguridad estuvieron involucrados en los arreglos.

Pero pueden todos apostar que nadie va a profundizar en ese hecho, que ya antes se ha establecido en los tribunales sin que pasara a más, a diferencia de los casos en los cuales hay personajes vinculados a la oposición, en los cuales es notable la celeridad y diligencia judicial.

En los juicios se ha establecido que los pandilleros recibieron privilegios, permisos para introducir plasmas y otros aparatos y celebrar el Día de la Patrona de los Reos, la Virgen de la Merced, con fiestas con mujeres desnudas.

En los últimos hecho se cita la salida de un peligroso jefe pandillero del Penal de Máxima Seguridad por alrededor de diez días, sin que nadie dé una explicación convincente.

Como oyen voces desde lo alto vamos al estalinismo de los caites

Esa doble “moral” —aunque lo de “moral” no tiene cabida— es, como ejemplo, la que regiría los actos y decisiones de magistrados orgánicos del efemelenismo: sus sentencias estarían todos dirigidas a favorecer al grupo en el poder, como en Nicaragua o en Venezuela, donde el dictador revisa los fallos antes de hacerse públicos.

Este hecho comprueba una trágica realidad: que la panza-cracia imperante sobrepone sus intereses y su saqueo, a las vidas y al bienestar de millones de salvadoreños, a lo que deben ser buenos servicios públicos, al futuro de todos, incluyendo a los niños, al empleo y la inversión.

Y esto porque siguen oyendo voces desde lo alto que les conminan a hacer realidad en nuestro suelo un estalinismo de caites.