Quince mil muertos en tres años de gobierno de Sánchez Cerén

La creciente miseria tiene muchos rostros en El Salvador. Uno de ellos es la terrible carencia de medicamentos en los hospitales, denunciada por grupos médicos, que obliga a los pacientes a comprar las medicinas con sus propios recursos.

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elsalvador.com

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2017-05-31 9:55:59

En los tres años de la gestión de Sánchez Cerén, quince mil personas han muerto violentamente, el precio que paga El Salvador por la incapacidad del gobierno del FMLN para combatir el crimen.

Esas víctimas, en su mayoría gente inocente asesinada por azar, simplemente por “estar allí” y para que el criminal llene una infernal cuota de sangre, son soldados caídos en la agresión del demonio.

Cada país honra a sus caídos y hay fechas, como el Memorial Day de Estados Unidos, el último lunes de mayo, para recordar su sacrificio.

En El Salvador esos caídos se recuerdan en sus hogares; son vacíos tremendamente dolorosos en el seno de decenas de miles de hogares.

Francia tiene un monumento a sus soldados muertos bajo el Arco del Triunfo en París, como innumerables otras naciones fijan fechas para recordarlos o erigen monumentos como el del Valle de los Caídos en España.

Al perder a los miembros que “llevan el pan a sus hogares”, son las abuelas las que tienen que afrontar las terribles calamidades, como la de las tres muchachitas cuyos padres fueron asesinados y que pasaron toda la noche junto a los cadáveres.

Y lo que les toca ahora es sufrir la miseria que ha ido extendiéndose por todo el territorio como consecuencia de los saqueos y las políticas “económicas” de la extrema izquierda, que ha revertido la tendencia a erradicar la pobreza que se vino asentando durante los previos gobiernos de ARENA hasta la llegada de Funes al poder, el mismo que corrió hacia Nicaragua al verse investigado y enjuiciado.

La creciente miseria tiene muchos rostros en El Salvador. Uno de ellos es la terrible carencia de medicamentos en los hospitales, denunciada por grupos médicos, que obliga a los pacientes a comprar las medicinas con sus propios recursos, fondos que en el caso de gente muy pobre simplemente no cubren la necesidad. Esos enfermos quedan condenados a que sus males se vuelvan crónicos o que se marchite su salud hasta morir. A esto se agrega el sufrimiento de dormir en el suelo o compartir cama con otros pacientes.

La crisis se refleja en el deterioro de la infraestructura en todos los órdenes, desde escuelas e institutos de enseñanza vocacional, hasta caminos y carreteras, la falta de agua, la posibilidad de que aparezcan cárcavas en cualquier punto de la ciudad.

Hay más empleo y mas seguridad
pero solo para los rojos en el poder

El partido en el poder nunca se conduele de las tragedias, sus dirigentes nunca asisten a velorios de esas familias, no asisten a los sepelios de policías asesinados, como lo han hecho diplomáticos acreditados en El Salvador. Las escalofriantes cifras de homicidios se ven con frialdad y en algunos momentos han tratado de taparlas. Declararon a San Martín “zona libre de violencia” y dos días más tarde se produjeron masacres.

El fin de semana el señor presidente Sánchez anunció que el empleo había subido y que la seguridad ha mejorado… ¡Albricias! Estamos saliendo de las aguas turbulentas y pronto todo será prosperidad y concordia.

Es cosa de tener paciencia y resignarse a más asesinatos mientras se alcanza la Tierra Prometida, prometida por Sánchez y su gente, estado idílico que los del partido oficial ya alcanzaron y disfrutan a sus anchas.